PARA UNA PETROQUÍMICA SOBRE BASES SÓLIDAS
21 de octubre de 2014

Luego de la respuesta que el ministro de Energía efectuara a mi artículo en Gestión el 10 de setiembre pasado, en el que cuestionaba la intención de Mayorga en el sentido de que sea el Estado el que fije el precio del etano a utilizarse en la industria petroquímica, y de la réplica que yo efectuara el 16 de setiembre; el titular del MEM modificó su posición inicial. Es así que manifestó que se estaba evaluando establecer algún "mecanismo de compensación" (a los productores) para que el etano llegue a las plantas a precios competitivos (Agencia Andina 28.09.2014). Esta alternativa tampoco es aceptable porque cualquier mecanismo de compensación requeriría de recursos del Estado, al igual que los subsidios. Dicha salida eventualmente podría satisfacer a los propietarios del etano, pero afectaría a los consumidores eléctricos o a los contribuyentes, quienes eventualmente aportarían los recursos. La preocupación que ahora Mayorga demuestra por no romper las reglas del juego y no afectar a los propietarios del etano, claramente no es la misma que evidencia para no afectar a los contribuyentes. Aquí no se trata de defender ningún interés particular, sino el interés general y respetar las reglas del juego establecidas. Definiciones básicas. De otro lado, es necesario precisar que entre las diversas opiniones que generaron los dos artículos sobre la problemática del etano, hay que destacar las opiniones de los directores de Gestión (29.09.2014) y Perú 21 (01.10.2014). Es así que Julio Lira, además de calificar negativamente la Ley del Etano y su posterior ratificación y ampliación, demanda la transparencia de la que se adoleció en los casos de Camisea y el Gasoducto Sur Peruano (GSP); aclarando que esta se logra a través de una licitación. Por su parte, Juan José Garrido, además de cuestionar la intención que sea el Estado el que fije el precio del etano y de alertar sobre los problemas que se podrían generar, enfatiza que el problema del ministro Mayorga es su capacidad para separar lo público de lo privado y llama a estar atentos sobre el tema. Asimismo, hay que felicitar al ministro Ghezzi, quien descartó tajantemente que el Gobierno tenga algún interés en conceder subsidios o bajar impuestos para impulsar a nuevos sectores motores del crecimiento de la economía. Enfatizando que los errores cometidos en el pasado vinculados a encontrar sectores ganadores que impulsen a las exportaciones le han pasado una factura muy cara al país (Gestión 17.10.2014). Y si la opinión del presidente de la Comisión Nacional de Diversificación Productiva no es determinante en estos temas, el referido Plan no tendría sentido. Además, si se otorgaran subsidios al etano, ¿por qué no se le otorgarían al metano o a los insumos de otro tipo de industrias? Ese proceso sería interminable y no solo terminaría rompiendo la estabilidad macroeconómica, sino que nuevamente generaríamos un aparato productivo ineficiente que no podría enfrentar a la competencia externa sin subsidios estatales. Considerando el contexto anteriormente referido, no es de extrañar que el viceministro Edwin Quintanilla, en el Día de la Energía, al referirse a cómo se va a determinar el precio del etano para la PQE, mencionara que dicho mecanismo "todavía se analiza con mucho detenimiento dentro del ministerio". Por su parte, el presidente del consorcio a cargo del GSP, Rodney Carvalho, precisó que "el Estado no tiene definido qué sistema va a utilizar exactamente, si ellos van a negociar el precio del etano con los productores o si van a dejar que se negocie entre las propias empresas".Etileno XXI. Por otro lado, es importante señalar que Odebrecht (dueño de Braskem) está desarrollando en Veracruz (México) un proyecto petroquímico del etano prácticamente gemelo al que se planea desarrollar en Ilo: Y antes de iniciar dicho proyecto, en el 2009, concursó en una subasta pública internacional en la que participaron diversas empresas del ramo, resultando ganadoras la mexicana Idesa y la brasileña Braskem. Estas empresas establecieron un joint venture denominado Etileno XXI, cuyo complejo petroquímico estaría concluido en el 2015. Como precisa el comunicado de Pemex Gas y Petroquímica Básica (entidad licitadora y dueña del etano), Braskem e Idesa ganaron "porque ofrecieron la mejor propuesta para el desarrollo del Proyecto Etileno XXI" y "el procedimiento de subasta garantizó precios de mercado al tratarse de la venta de primera mano de un petroquímico básico (etano)". Por lo que si Braskem (u Odebrecht) ya aceptaron en México una licitación internacional para obtener el etano, ¿por qué no aceptarían un procedimiento similar en el caso peruano?; ¿por qué tendría que haber un modelo de negocio distinto del que ya se aceptó hace cuatro años? Y si diversas empresas internacionales han evidenciado interés en desarrollar proyectos petroquímicos en nuestro país, ¿cómo es que se efectuaría la selección de cuál empresa o consorcio que llevaría adelante los proyectos petroquímicos? La manera transparente de hacerlo sería mediante una subasta internacional, en la que el ganador sería el que ofrezca las mejores condiciones. Por lo que resulta claro que de ninguna manera se puede retornar al modelo de "industrias básicas" del pasado, las que requerían diversos subsidios estatales, distorsionaban los precios relativos y la racional asignación de recursos, generaban significativos déficits fiscales y eran incapaces de competir internacionalmente. Estimamos que con las claras declaraciones del ministro de la Producción, las posibilidades de establecer algún "mecanismo de compensación" para que el etano llegue a las plantas a precios competitivos (léase subsidiados), quedarían descartadas. Hay que tener en cuenta que el Proyecto Integrado (GSP más petroquímica) será, de lejos, el proyecto más grande de nuestra historia, superando en inversión en más de tres veces a los más grandes proyectos mineros. Por lo que se le debe efectuar un seguimiento estrecho, a fin de alertar sobre los problemas que se pudieran generar durante su desarrollo. Estaremos atentos, señala el economista Manuel Romero Caro.

  • [Gestión,Pág. 16]
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