Guardando las distancias y los modelos, sean cuales sean los resultados del 9 de abril, aunque en mayor medida será factible si ambas agrupaciones son las que pasan a la segunda vuelta, el Perú podría hallar una fórmula de cogobierno o de alternancia en el poder si se logra un entendimiento entre el APRA y Unidad Nacional.Ambos movimientos podrían ser el equivalente del socialismo y el socialcristianismo chilenos. Resulta difícil pensar en un cogobierno con todas sus letras, en base a una alianza formal que alterne candidatos unitarios, pero sí es posible y parece urgente que las dos principales fuerzas ideológicas del país hallen puntos de encuentro que permitan sostener la viabilidad económica del país y, lo que es más importante, la gobernabilidad democrática, amenazada en nuestro caso no por una derecha "pinochetista" sino por el nacionalpopulismo.Tal vez de acá a cinco años Humala logre cuajar una opción nacionalista moderna, pero hoy no lo es. Entre la prisa y la confusión, el ex comandante representa en estos momentos una alternativa autoritaria, improvisada, signada por la incertidumbre.En cambio, fuera de las puyas propias de una contienda electoral, basta conversar con los principales representantes del APRA y UN para constatar que existe el convencimiento de que la situación social, económica y política heredada del toledismo es una bomba de tiempo que exige una conjunción de esfuerzos.De algún modo, el país le está dando una nueva oportunidad -que puede ser la última- a la llamada clase política tradicional para que demuestre que es capaz de convertir a la democracia peruana en un instrumento eficaz y compatible con el crecimiento económico.Nunca como ahora, además, se hallan más puntos de coincidencia entre los viejos enemigos históricos, como son la derecha y el aprismo. Unidad Nacional es una centroderecha que ha incorporado a su propuesta un componente social que nunca antes ha planteado este sector político.Y nunca como hoy, el APRA propone un esquema amigable al mercado. Ojalá la madurez se imponga sobre la vanidad del triunfo, si éste le sonríe a cualquiera de ambas colectividades, señala el director del diario La Primera, Juan Carlos Tafur.