A BAJAR EL IGV
6 de octubre de 2014

E l Gobierno se acerca a sus últimos veinte meses con la economía avanzando a baja velocidad y con una debilitada capacidad para generar empleo. Esta situación exige acciones audaces para reenganchar el crecimiento y preparar al Perú para un mundo sin viento a favor. En este contexto, las propuestas presentadas al Congreso por el ministro de Economía, Alonso Segura, para aumentar la productividad, mejorar la competitividad y reducir la informalidad de la economía peruana son positivas. Se debe trabajar sin descanso en estos frentes, pero también se necesitan medidas con efectos de corto plazo para reenganchar la economía en un crecimiento mayor. Para ello, en este artículo me permito sugerir tres acciones de rápida implementación que ayudarían a que crezcamos más de 5% en el 2015. 1. Ejecutar los paquetes de gasto ya aprobados. Ante la desaceleración, el Gobierno destinó mayores recursos (0.4% del PBI) para inversión pública. La mayor parte de este presupuesto está concentrada en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Pero a setiembre, este ministerio ha ejecutado solo el 50% de su presupuesto de inversión y, a pesar de los mayores recursos, su inversión ha caído respecto del 2013. Esto implica que buena parte del estímulo fiscal planeado aún no ha llegado a la economía. Por ello, en vez de diseñar y anunciar nuevos paquetes, es mejor concentrarse en ejecutar lo ya aprobado. 2. Asegurar que los proyectos de inversión en infraestructura concesionados se ejecuten a tiempo. De acuerdo al cronograma de los contratos de concesión, en los próximos doce meses deberían iniciar construcción seis proyectos importantes, como la Línea 2 del Metro y el Nodo Energético del Sur. Estos proyectos requerirán una inversión conjunta de casi US$ 10,000 millones. De los cuales, aproximadamente el 10% podría ejecutarse en el 2015. Actualmente, están en fases de estudios, estructuraciones de financiamiento y a la espera de aprobaciones de permisos que dependen del Estado. El Gobierno debe poner todo de su parte para que esta inversión se ejecute sin retrasos, lo que permitiría movilizar recursos y generar confianza en la economía. 3. Reducir el IGV de 18% a 17% hasta diciembre del 2015. La realidad es que las medidas de reactivación basadas en inversión pública no se ejecutan a tiempo. Esto sucedió con el plan anticrisis del 2009 y con el paquete de inversión aprobado este año. Además, el próximo año tendremos nuevas autoridades locales y regionales, cambio que afectará la tasa de ejecución de inversión pública y la potencia de nuevos paquetes de mayor gasto. En cambio, una reducción del IGV es inmediata: su impacto se siente el primer día del mes siguiente de publicada la norma en El Peruano. Reducir un punto el IGV incrementaría los recursos disponibles para el sector privado por un monto total de S/. 2,800 millones anuales (0.5% del PBI), lo que beneficiaría a empresas de todos los tamaños y a familias de todos los niveles socioeconómicos. Los recursos liberados serían utilizados para consumir, invertir o ahorrar y podrían no llegar en su totalidad al circuito económico. Pero en cualquier caso, su impacto sería mayor que el efecto de inversión pública no ejecutada. Afortunadamente, el fisco está en capacidad de soportar esta menor recaudación temporal. Con un IGV de 17%, este año el Gobierno cerraría con las cuentas casi en balance (déficit cero) y el próximo con un manejable déficit de 1% del PBI. Esto sin considerar que las cuentas fiscales se podrían beneficiar de una economía con más ánimo. Un punto menos de crecimiento del PBI son 140 mil empleos formales no creados y 320 mil peruanos que no salen de la pobreza. Es tiempo de atreverse un poco más, señala Hugo Santa María, socio de Apoyo Consultoría..

  • [Gestión,Pág. 21]
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