Entrevista a Ignacio Blanco, gerente general de Edelnor.¿El hecho de que el futuro Gasoducto Sur Peruano (GSP) alimente más termoeléctricas a gas, puede desbalancear la generación con hidroeléctricas? Más allá del ‘mix’ o balance que debe haber entre tipos de generación eléctrica, es verdad que se ha ido perdiendo la pulcritud del marco regulatorio de generación. Antes había un sistema basado en contratos de largo plazo entre productoras de energía y distribuidoras eléctricas, y en base a licitaciones privadas que hacían esas distribuidoras y los grandes consumidores. ¿Ya no se mantiene ese esquema? En los últimos dos o tres años, sobre todo con el fin de viabilizar el Gasoducto Sur Peruano, se ha ido a otros esquemas ad hoc, con licitaciones de ProInversión, y con costos del gas (para nuevas térmicas) que ya no se transmiten directamente a la generación, sino que se cargan a peajes de transmisión (que lo pagan los usuarios finales). Allí se está perdiendo parte de esta pulcritud.¿Se refiere a los nodos térmicos que adjudicó ProInversión para que sean clientes del GSP? Claro, de manera rápida se hicieron plantas térmicas en Ilo y Piura, como reserva fría ante casos de emergencia, que ha sido útil, pero con el tiempo, esa reserva, pensada para que funcionara primero con diésel y luego con gas, dejará de ser una excepción para ser parte de la generación regular, con lo cual la reserva fría (ante emergencias) resulta algo transitorio. ¿Qué otra distorsión ve respecto al esquema regulatorio original en el sector? Resulta que parte del gasoducto al sur también lo va a financiar el sistema eléctrico, pero no el generador que compre el gas, sino la transmisión (que se carga a la factura eléctrica). Si bien estas distorsiones no son grandes, si se mantienen en el tiempo podrían llevarnos a un mercado un poco artificial (de las tarifas), y se terminaría perdiendo la eficiencia económica en la generación.¿Cuál es la consecuencia de todo esto? Por ejemplo, ahora ProInversión con el Ministerio de Energía y Minas (MEM) quieren sacar un marco regulatorio para licitaciones de hidroeléctricas para producir hasta 1,200 MW, cuando el precio del gas es muy bajo. Además, cuando hay oportunidades de incrementar el precio del gas, no sube todo lo que debería subir, entonces, hay otra distorsión, que lleva a que las centrales hidroeléctricas resultan más caras que las centrales a gas.¿Qué plantea ante esta situación? Debemos intentar mantener el fomento a las inversiones en una matriz de generación diversificada, competitiva, que incluya a la energía eólica, volver a un marco regulatorio más armónico y homogéneo, porque si esto se mantiene por mucho tiempo, iremos a casos no tan eficientes en el sector como ha pasado en España, y al final no se logra competencia porque se mantendrá un mercado distorsionado, donde no opera la ley de la oferta y la demanda.