En medio del debate electorero que propició la llamada "Ley de Fortalecimiento y Modernización de Petroperú", y ante las exaltadas reacciones de uno y otro lado del debate, permítanme brindarles una opinión lo más objetiva posible en mi calidad de responsable del subsector Energía, ex director de Petroperú y ex funcionario del MEF. El hecho de conocer los dos "monstruos" por dentro -Petroperú y el MEF- me permite evaluar la reciente ley desde una perspectiva distinta. Debe quedar absolutamente claro que Petroperú ha entrado a una etapa crítica de su vida como empresa. O invierte en modernizarse o se le condena a su desaparición. El 1 de enero del 2010 deberá tener en funcionamiento una planta de desulfurización para producir diesel de bajo contenido de azufre o simplemente no podrá vender diesel (su producto más importante) en el país. Hace años que escuchamos acerca de la necesidad de modernizar Talara; pues bien, o se inicia este proceso hoy, o mejor cerremos Petroperú.La ley recientemente aprobada contiene distintos aspectos a comentar: 1. Sacarla de las normas de Consucode.- Esto es positivo. Petroperú tiene tantas trabas para comprar insumos y combustibles terminados que continuamente pierde oportunidades de negocio importantes y, por tanto, no puede competir con la empresa privada (Repsol). Resulta increíble que Petroperú no haya podido acceder a los líquidos de Camisea (diesel y GLP) que vende Pluspetrol en Pisco por problemas con las normas de Consucode. De igual modo, siendo Petroperú el comprador natural del GLP de la planta criogénica de Petrotech en Talara, nunca pudo comprarle a su vecino por las absurdas restricciones de Consucode (como exigir fianzas al vendedor). Las normas de Consucode están pensadas para regular las compras de lapiceros de los ministerios, no para compras de empresas productoras. A menudo las oportunidades se presentan y se requiere tomar decisiones inmediatas. Esta libertad sí la tiene la empresa privada, pero mientras Petroperú intenta cumplir con las engorrosas exigencias de las normas de contratación del Estado, pierde toda oportunidad de competir en igualdad de condiciones.2. Sacarla del ámbito de Fonafe.- Fonafe es quien dicta las políticas generales de la actividad empresarial del Estado. Pueden resultar incómodas, pues norman aspectos como las escalas salariales, la política de dietas de los directores y los presupuestos de la entidad, pero son necesarias para llevar un adecuado control de las empresas del Estado. Uno podría estar en desacuerdo con ciertas políticas del Fonafe y aun creo que cabría repensar el rol empresarial del Estado y la gestión del Fonafe, pero sacarlo de su ámbito para evitar controles no parece lo más adecuado. Además, ¿quién va a ser ahora el titular de las acciones de la empresa? 3. Excluirla del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP).- Hay que reconocer que los amigos del SNIP se deben contar entre los funcionarios menos "queridos" del aparato estatal. No creo que exista nadie que labore en el sector público y que haya requerido aprobar proyectos en el SNIP que no haya sentido frustración y enfado al toparse con esta verdadera pared burocrática. Pero hay que reconocer que el SNIP cumple una tarea fundamental: evitar que los escasos recursos públicos se despilfarren o malgasten en proyectos sin pies ni cabeza. Sólo nos queda aplaudir cuando el SNIP le dice NO a la compra de camiones cisterna por parte de Petroperú (cuando en el país sobra capacidad de transporte) o cuando evita obras sobredimensionadas de infraestructura. Pero la solución no es sacarla del SNIP, sino modificar el SNIP para que sea más ágil y eficiente. Lo otro es abrir la puerta a proyectos de dudosa racionalidad económica y al despilfarro de los escasos recursos públicos. 4. Ampliar su ámbito de acción.- La norma propone el regreso de la empresa a actividades de exploración, explotación y hasta su incursión en petroquímica. Uno podría aceptar la idea de que es importante la integración vertical en las empresas petroleras (campo y refino), pero de ahí a realizar exploración de alto riesgo con el dinero de todos los peruanos o construir plantas de amoníaco o fertilizantes hay un abismo. Antes de gastar 35 millones de dólares en un pozo seco (como el de Oxy el año pasado), preferiría dárselos a la Dra. Mazzetti, quien estoy seguro haría maravillas con ese dinero.5. Sacarlo del endeudamiento público.- Mientras Petroperú sea una empresa del Estado, sus deudas son endeudamiento público. Le pueden llamar como quieran, pero si la empresa es del Estado entonces su deuda forma parte del endeudamiento público, pues así mandan los normas internacionales de contabilidad pública. Y punto.6. Fusión con Perupetro.- Perupetro ha venido desarrollando su tarea de promoción petrolera con gran éxito. El año pasado batió récord de contratación petrolera. ¿Y cómo se le retribuye? Desapareciéndola. La empresa petrolera del Estado no puede ser la entidad pública que actúa en nombre de la