Quienes estuvieron ayer en el coliseo Amauta (Chacra Ríos) podrán contar a sus descendientes que vieron a Alan García, el líder aprista, cantar reggaetón y salsa, bailar solo y bien acompañado, pero lo más interesante, que escucharon de su boca la fórmula para renovar la política peruana: a través de la participación masiva de jóvenes en la conducción de las municipalidades, que es donde deben forjarse para luego acceder al manejo de los gobiernos regionales y el país.Pero como la teoría no es suficiente sin la práctica, el candidato presidencial adelantó que un gobierno suyo aprobaría un proyecto para que al menos 2.500 hombres y mujeres menores de 29 años tuvieran que ser escogidos en los siguientes comicios edilicios para cumplir funciones de regidores y concejales. Mas esa no fue la única promesa que García lanzó ante alumnos de universidades, institutos y colegios, muchos de las filas del partido y otros simplemente invitados, pues también les ofreció crear un programa nacional de trabajo para jóvenes a fin de que estos se puedan dedicar al cuidado ecológico, la identificación de la deserción escolar, la alfabetización de iletrados, la cooperación con obras municipales y el cuidado de niños. Parte del presupuesto del 2006 se derivaría para solventar el programa. (Edición sábado).