Durante los días del desborde de demandas en Cajamarca por la defensa del cerro Quilish, la población además denunció la contaminación del agua potable ocasionada por la actividad minera. Esta situación se pretende revertir con el funcionamiento de las presas en los ríos Rejo y Grande. Si bien el director general para Sudamérica de Newmont, Carlos Santa Cruz, aseguró que las obras ejecutadas por la Minera Yanacocha no son proyectos coyunturales; todavía está fresca en la memoria de la población esta reiterada denuncia.La represa en río Grande -inaugurada ayer y que demandó una inversión de US$ 15 millones-, al igual que la de Rejo tiene como objetivo controlar la turbidez del agua que resulta de las lluvias que se registran en el área de influencia de la minera y que transportan sedimentos por la actividad realizada a tajo abierto.De esta manera se previene el impacto ambiental en los lugares fuera de las operaciones de Yanacocha y se contribuye a la entrega de agua potable a la población de la ciudad de Cajamarca, ya que la planta de tratamiento de El Milagro recibe las aguas del río Grande con menor grado de turbidez.