Monseñor Pedro Barreto fue designado arzobispo de Huancayo el 4 de setiembre del 2004 por decisión del Vaticano. Antes estuvo en Jaén, Cajamarca, donde fue obispo vicario.Durante su gestión en esa localidad, Barreto tuvo una actitud confrontacional contra la actividad minera y fue uno de los firmantes de la Declaración de Chiclayo, que proclama varias zonas del norte del país libres de la actividad minera. Es considerado como uno de los impulsores de la corriente antiminera que prevalece en un sector de la Iglesia católica peruana. Actualmente es miembro de la Red Muqui, una organización integrada por un número de ONG, que tienen el objetivo de "ampliar y defender los derechos de comunidades y poblaciones en áreas de influencia minera".