El pasado miércoles 8 de febrero, El Comercio convocó una mesa redonda para debatir el espinoso tema de la ampliación del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) de La Oroya. Fueron invitados los principales actores. Todos accedieron al diálogo menos Doe Run Perú, la empresa que gestiona la fundición. Aun así el diálogo era posible y deseable. Sin embargo, a último momento, tanto el Ministerio de Energía y Minas (MEM) como las autoridades de La Oroya, se excusaron de asistir. La reunión se llevó a cabo de todos modos, con los representantes de la Comisión Nacional del Ambiente (Conam), la Iglesia Católica y la ONG Andes.La autoridad ambiental no había tenido una participación muy activa en el debate generado en torno al PAMA de La Oroya. Patricia Iturregui, jefe de la Unidad de Cambio Climático y Calidad del Aire del Conam, señaló que al margen de que el PAMA se prolongue o no, hay planes de contingencia que deben declararse, pues "la contaminación del aire en La Oroya es de las más críticas en todo el país". Hay otros instrumentos legales, más allá del PAMA, que pueden emplearse para contrarrestar la contaminación del aire, señaló, como los planes de acción que ya se vienen trabajando en 13 ciudades del país, y que en el caso de La Oroya se trabajan desde el 2002 en una mesa de diálogo (el Gesta).