El Ministerio de Energía y Minas (MEM) acaba de revelar que gracias al gravamen especial a la minería el Perú obtiene más del doble de sus recursos, lo que supera lo recaudado por el antiguo sistema de aportes voluntarios de las empresas particulares del ramo.Como se recordará, este impuesto especial fue acordado por mutuo consenso en octubre de 2011 entre el empresariado minero y el gobierno del presidente Ollanta Humala. Según el pacto, el aporte minero dejó de ser voluntario y se acordó que sea un porcentaje de las utilidades de las compañías.La información del MEM es bastante significativa, pues revela, en primer lugar, el éxito en la recaudación del impuesto especial obtenida por dicho acuerdo con el fin de invertirlo en el desarrollo del país. Y, en segundo término, la cifra da cuenta del enorme crecimiento de las inversiones extranjeras en el país, que según Proinversión pasó de 2,000 millones a 12,000 millones de dólares entre 2000 y 2012.No hay duda de que el Perú ha cambiado el modelo de su estructura productiva, debido a las grandes inversiones en el sector extractivo -en forma específica, minería e hidrocarburos- en la última década. El MEM asegura que la inversión minera superará los 10,000 millones de dólares el presente año y la producción crecerá 10%, ya que los precios de los minerales, pese a su baja en el mercado internacional, continúan siendo atractivos.El peso de las exportaciones de estos productos, junto con la venta de los provenientes de la agricultura, aumentó de 12.8% a 31.5% el año pasado. Si consideramos el producto bruto interno (PBI) con el nuevo año base 2007, el sector extractivo es igual al 21.1%. De ese porcentaje, más de la mitad (57%) sale de la explotación del cobre, plata, zinc, entre otros.La explotación minera es una pieza fundamental para el desarrollo del Perú, desde la época preínca hasta la República. Hoy más que nunca, la minería responsable paga sus impuestos y el gravamen especial a la minería para financiar la educación, la infraestructura, los servicios públicos y la seguridad que el Perú requiere. Una parte de dichos recursos está destinada a financiar algunos programas sociales que impulsa el Gobierno a favor de la población más vulnerable del país.Al mismo tiempo, este sector económico contribuye al mayor desarrollo de los pueblos y la generación de empleo de calidad. Al contrario de lo que indican algunos sectores, el Índice de Desarrollo Humano de la Organización de las Naciones Unidas sostiene que hay más desarrollo en los pueblos de las regiones con presencia de mineras formales. Son los casos de Moquegua y Tacna.Además, la minería es la única actividad que brinda empleo de calidad a más de 3,500 metros de altura. Son esas poblaciones apartadas las que requieren mayor inversión.Las empresas extractivas formales, a diferencia de las ilegales, tienen la suficiente tecnología para el cuidado del medioambiente. El Estado fiscaliza su trabajo en coordinación con las autoridades locales. Lo más importante es que con los ingresos por la explotación de minerales, el Perú puede colocar las bases –como la construcción de carreteras, puertos, medios de comunicación– para unir mercados e impulsar su industrialización. Al mismo tiempo, ofrece recursos al Estado para apoyar programas sociales que favorecen a los sectores vulnerables.