ALBERTO BENAVIDES: UN GRANDE QUE SE FUE
11 de marzo de 2014

Cuando se va un grande suelen venirnos a la memoria aquellos recuerdos que nos dicen que partió una persona excepcional.A fines de los noventa, cuando todos estaban entusiasmados con el crecimiento continuo de la producción de Yanacocha, don Alberto hizo una observación aparentemente banal, pero llena de significado y conocimiento. Sugirió a sus socios en Yanacocha no sobrepasar los 2 millones de onzas al que se estaba aproximando la producción.Este no era un cálculo económico, no tenía que ver con una mejor administración del yacimiento y las reservas. Era una observación social, incluso política. Tenía que ver con Cajamarca y con el Perú.No quería estresar a Cajamarca llevando más hombres con salarios altos, más máquinas, más inversión para dar un salto en la producción. Tenía presente que el crecimiento de la producción y las inversiones empezaban a alterar los mercados locales. Prefería que esto ocurriera lentamente, permitiendo una mejor adaptación y un menor trastorno.Lamentablemente, esta sabia observación no fue tenida en cuenta.Al producirse las enormes manifestaciones en contra del proyecto Quilis don Alberto se dio inmediatamente cuenta de lo que estaba ocurriendo. Dijo "hemos ido demasiado rápido", lo cual expresaba el mismo pensamiento que 5 años antes. Sabía que no había que crecer demasiado rápido, que eso impactaba todos los mercados a una excesiva velocidad. Lo que puesto en otro lenguaje significaba que alteraba demasiado rápido la vida cotidiana de la población. Incluso inspiró una comunicación en la que Yanacocha le pedía disculpas a Cajamarca por haber avanzado tan rápidamente.Cuando el proyecto La Zanja tuvo que ingresar a la etapa de la formulación del EIA, don Alberto entendió que había que comunicarse con la población con el lenguaje de las obras. En noviembre del 2004, el campamento de La Zanja había sido invadido y quemado por un grupo de activistas provenientes de varias provincias cercanas.Don Alberto decidió construir una línea de transmisión que llevara electricidad a varios pueblos de la provincia de San Miguel y Santa Cruz que estaban entre los que se oponían. Incluso, al definir el trazo y pedir las autorizaciones respectivas a la población, uno de ellos se negó a que la línea pasara por allí. Sin embargo, cuando vieron que la línea había llegado al pueblo vecino, inmediatamente solicitaron que esta pasara también a través de su pueblo.Esta inversión, que se hizo incluso antes de la audiencia pública y, por tanto, antes que el EIA fuera aprobado, tuvo un costo cercano al 5% de la inversión del proyecto. Semejante gasto le pudo parecer desproporcionado a algunos, pero don Alberto, que en este caso tenía la gerencia del proyecto, decidió continuar con la obra.Las enseñanzas de don Alberto fueron muchas. La mayor parte de ellas están vinculadas a la geología, a la promoción de la inversión y a la construcción de una gran empresa. Sin embargo, es menos conocida su sensibilidad para entender a las personas, a las poblaciones, esto es a los lugares a los que llega la inversión minera. Sea esta una oportunidad para recordarla, señala César Cabrera.