"Los inversionistas no vienen al Perú a realizar trámites, sino a resolver problemas", exclamó Eleodoro Mayorga en Toronto. La frase del titular de Energía y Minas mereció el aplauso de la misión peruana en el PDAC, el congreso de exploración minera más grande del mundo. Ya en Lima, el ministro llevó el pronunciamiento a la práctica al anunciar públicamente que su portafolio había propuesto la eliminación de los estudios de impacto ambiental (EIA) para la actividad sísmica, reemplazándolos "por una declaratoria".La revelación cayó como una bomba, pues sugería (sin pretenderlo) que la sísmica sería exonerada de estudios ambientales."El 2014 está encaminado a convertirse en el año en que este gobierno pretende llevar las políticas ambientales a la época de la carreta", señaló la ONG Cooperacción. Las redes sociales bulleron de indignación y denunciaron la incoherencia entre el anuncio del Minem y la designación del Perú como sede de la COP 20.En medio de esta lluvia de críticas, llegó la aclaración del ministerio: "Las exploraciones sísmicas en lotes petroleros podrán realizarse mediante una declaración de impacto ambiental (DIA), que es un trámite más expeditivo y sencillo que un estudio de impacto ambiental (EIA)", refirió. Pero la precisión alivió a medias el tumulto. Según César Gamboa, especialista de la ONG Dar, lo de Mayorga fue una "declaración política muy ligera, complementada por una rectificación feliz", pero que no deja de generar preocupaciones."Lo preocupante es que hay presión por parte del sector privado y algunas autoridades para acelerar la adecuación del reglamento ambiental del sector hidrocarburos a la ley del Sistema Nacional de Evaluación del Impacto Ambiental (SEIA), que está siendo revisado por el Minam", dijo.Isabel Calle, especialista de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, fue clara en señalar que no se puede promover la inversión en hidrocarburos mediante la "simplificación de procedimientos sin análisis técnico".