—¿Cuál es su balance sobre la gestión de Merino? —Le toco una cartera difícil y con el correr del tiempo las presiones sociales en torno a ella han ido creciendo. Creo que deja muchos problemas por resolver que heredará el nuevo ministro. Por ejemplo, el gasoducto del sur hubiera sido mejor dejarlo en manos de las empresas privadas, de Kuntur. Creo que hemos retrocedido en ese proyecto. —¿En líneas generales su gestión fue positiva o negativa? —Hizo un esfuerzo meritorio. Me parece que se apartó del programa inicial de la Hoja de Ruta. —En realidad el gobierno se alejó de la Hoja de Ruta… —Ciertamente sí, y particularmente en el sector (de energía y minas). El propósito (de la Hoja de Ruta) era despretrolizar la economía y se hizo lo contrario. En lugar de masificar el consumo de gas natural se masificó el GLP con programas como el FISE. —Pero esa decisión no es responsabilidad del ex ministro Merino? —No, no es un tema de personas. Es una política de Estado. —¿Qué rescataría o resaltaría de la gestión de Merino? —Reitero, que le tocó asumir el cargo en un momento complicado pero menos agitado que el que tocó al gabinete anterior (de Salomon Lerner). Igual considero que se quedaron en la parte eléctrica, las decisiones en torno al gasoducto fueron un desacierto. (Edición sábado)