Como parte de su política de masificación, el Gobierno firmó contratos de concesión para la distribución de gas natural (GN) por redes, las cuales se instalarán en las zonas norte y sur del Perú. Sin embargo, estas nuevas concesiones, en vez de favorecer al consumidor residencial, favorecerán a la gran industria y a las estaciones de servicio que instalen dichas concesiones, perjudicando así a las amas de casa y taxistas, quienes terminarán subvencionando los costos de dicha medida. De esta manera, se está generando un monopolio a favor de las concesiones que perjudicará la masificación del gas natural. Esta situación provoca la paralización de inversiones que, hasta la fecha, ascienden a 500 millones de dólares, asimismo, desincentivan la realización de nuevas inversiones de capitales privados estimadas en 1,000 millones de dólares para los próximos 5 años.