Unas son de cal y otras de arena. Es una buena noticia que, según un reciente informe, los gobiernos regionales estén superando un serio problema que venía de mucho atrás y que se centraba en la escasa capacidad para elaborar proyectos de inversión y desarrollo. Sin embargo, de otro lado, hay que lamentar que solo se llegue a ejecutar el 19% del total de las transferencias otorgadas por el Gobierno Central. El asunto es muy importante. En cuanto a lo primero debe destacarse el interés del MEF para implementar un sistema de apoyo a las regiones en la formulación de proyectos. Esto debe continuar hasta que se consoliden oficinas técnicas permanentes en cada dependencia. En cuanto a lo otro, la solución debería ir inicialmente por una vía similar, pero en el fondo de lo que se trata es de que las autoridades regionales asuman la responsabilidad política y administrativa de canalizar los fondos del Gobierno Central. Claro que todo ello debe hacerse siguiendo las normas técnicas y de control. Resulta paradójico y escandaloso que, por negligencia, olvido o simplemente por indiferencia, se deje de usar estos fondos absolutamente necesarios para paliar las graves y urgentes carencias de la población. Esto se hace mucho más ostensible en el contexto actual, cuando los gobiernos regionales reciben muchos más recursos a través de las regalías mineras y del canon.