Resulta alentador que ad portas del proceso electoral que se avecina, el Gobierno garantice la continuación de proyectos de largo aliento, de enorme repercusión e importancia para nuestro país, en lo que pretende ser un salto gigantesco en infraestructura e integración regional. Es el caso de la construcción de la Carretera Interoceánica, cuyo primer puente de conexión peruano-brasileño inauguraron el sábado último los mandatarios de ambos países, continuando con un proyecto vial que enlazará tres países y diez regiones peruanas sureñas. Es positivo que el Gobierno haya logrado allanar todos los requisitos y exigencias financieros y técnicos para el desembolso de una partida de 200 millones de dólares de un crédito internacional, destinado al asfalto de esta vía. Debe valorarse, asimismo, el hecho de que el Ejecutivo anuncie que establecerá algunos candados y previsiones para impedir la interrupción de este proyecto y además garantizar su transparencia. Al respecto, debe precisarse la importancia de cumplir con la creación de mecanismos de control y fiscalización, para los efectos de vigilancia técnica y financiera durante el tiempo que duren las obras. Estaremos atentos a que este compromiso se cumpla realmente. La autopista debe concluirse dentro de los plazos, para potenciar las posibilidades de comunicación y desarrollo de los pueblos amazónicos, históricamente atrasados.