EL SENTIDO DE LA URGENCIA
8 de noviembre de 2013

Nuestro flamante primer ministro tuvo el tino de anunciar, ni bien tomó el cargo, que haría de la inseguridad ciudadana que hoy jaquea el día a día de los peruanos su prioridad número uno. Para lograr eso, sin embargo, tendrá que hacer pronto más cambios ministeriales que aquel con el que llegó al puesto. No vemos, más concretamente, cómo podría devolvernos la seguridad si mantiene bajo su presente dirección a los que son los dos ministerios más relacionados con el tema: el del Interior y el de Justicia (del que dependen los penales).En efecto, estamos en el mes 11 del año y ambos ministerios han ejecutado solo un cuarto de sus presupuestos de inversión. Si usted pensase que estas demoras podrían estar justificadas en que no haya gastos de inversión urgentes directamente relacionados con la lucha contra la delincuencia, estaría en un error. No podría haber más de este tipo de gastos. Por ejemplo, en el caso de las comisarías, que son los brazos y piernas de cualquier tipo de estrategia contra la delincuencia, esto es clamoroso. Según el INEI, por solo citar tres casos, el 40,7% de ellas no posee una computadora propia que esté operativa, el 45,5% no tiene acceso a Requisitorias Policiales y el 87,8% no tiene acceso al Sistema de Denuncias Policiales. Otro ejemplo es la situación de las cárceles, que, como se sabe, son uno de los principales centros de operaciones de nuestra delincuencia organizada y tampoco podrían estar más requeridas de inversiones urgentes. Baste con decir que, a la fecha, solo una de ellas cuenta con bloqueadores de celulares. Así las cosas, se equivocaría el primer ministro si pensase tomarse con calma los próximos relevos. Al menos en los casos tratados, los cambios son tan urgentes como lo son para nuestra seguridad todas las inversiones que, pese a tener el presupuesto, ninguna de estas dos entidades está pudiendo realizar.

  • [El Comercio,Pág. A 22]
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