UNA DESCENTRALIZACIÓN LENTA Y COMPLEJA, SIN LA NECESARIA REFORMA DEL ESTADO
22 de enero de 2006

Tres vicisitudes del Perú de hoy, tres latigazos de la centralización, tres historias de siempre: Un profesor de Yauyos tiene la garganta grave de tanto recalcar lo que no puede escribir en la pizarra. No tiene tizas para una pizarra que es solo una pared pintada de negro. Un niño de Apurímac se encuentra grave por causa de una infección, ocasionada por sus quemaduras en un incendio. Los antobióticos que necesita no existen en el hospital que lo atiende. En el atraso total, un pueblo de la sierra, que incluso maneja el trueque como forma de subsistencia, recibe solamente dos veces por semana el apoyo alimentario del Gobierno. La falta de carreteras impide esa y otras tareas. Todas aquellas experiencias son resultado del modelo centralista que ha carcomido el Perú desde tiempos tan antiguos como el propio sol, de aquella visión de desarrollo insensiblemente sectorial que ha convertido a Lima en el epicentro de las grandes decisiones, pese a que los beneficiarios se encontraban a kilómetros de distancia, hablaran otro idioma y vivieran en zonas geográficamente desconocidas.

  • [El Comercio,Página A8]
  • /