Fue un mal cálculo político el que hizo Alejandro Toledo cuando le impuso a Rafael Belaunde la inclusión de los cuestionados José León Rivera y Jesús Alvarado en la lista de postulantes de Perú Posible (PP) al Congreso. Ante la amenaza de renuncia de su candidato presidencial, Rafael Belaunde, que podría acarrear dimisiones en cadena, entre ellas la de Carlos Bruce, a Toledo no le quedó más opción que escoger entre el futuro de su agrupación y los "amigos" que él quiere, a toda costa, colocar en el Congreso, con la esperanza de que actúen como parachoques de investigaciones y acusaciones en su contra cuando termine su mandato. La reunión de ayer entre el secretario general de PP, Javier Reátegui, y el controvertido ex titular de Agricultura José León Rivera, a quien trató de convencer de que desista de sus ambiciones electorales, demostraría que Toledo habría optado por el partido, pero no por convicción sino por presión.