Es evidente que la encuesta de El Comercio, elaborada por Apoyo, creó una enorme expectativa y sometió a circunstancial prueba el buen pie de nuestra economía. Por lo mismo, debe llevarnos a reflexionar sobre lo mucho que está en juego en estas elecciones: consolidar los avances macroeconómicos para ponernos en la ruta del desarrollo. La perturbación pasajera, tanto de la bolsa como del tipo de cambio y el riesgo-país, se debía sobre todo al rápido ascenso de un candidato que postula retrógradas tesis nacionalistas , estatistas y hasta racistas. Tanto fue el temor del mercado, que el BCR tuvo que salir a vender 100 millones de dólares en un día. (A propósito, es oportuno subrayar la cautela y autonomía con que debe actuar el ente emisor para evitar un excesivo intervencionismo en esta u otras coyunturas, en lo que poco ayuda la negativa a renunciar de Gonzalo García, a la sazón director del BCR y a la vez candidato a la vicepresidencia del partido humalista). Sin embargo, al publicarse los resultados, a pesar de que Humala encabeza la primera vuelta, el mercado reaccionó positivamente, como lo anunció este Diario en primera página. Y es que la candidata Lourdes Flores --de posición más coherente con la economía social de mercado-- conservó su porcentaje y ganaría en segunda vuelta, que es realmente lo que importa. Ello habría pesado mucho en el análisis y tranquilidad de los inversionistas. Faltan aún más de dos meses para las elecciones. Pero lo que esta encuesta revela --como otras en el futuro-- es la grave responsabilidad de los candidatos, los medios de comunicación y los electores para evitar que se afecten la estabilidad económica y el futuro del país. La campaña debe ser alturada. Hay que competir, pero con programas y equipos de gobierno. Y los votantes, deben sopesar detenidamente que de su voto, razonado y no emotivo, depende su porvenir y el de sus hijos. Hemos superado un bache, pero nos falta aún mucho para meternos en la ola del despegue económico.