EL ANIVERSARIO DE SANTA TERESA
16 de octubre de 2013

Un año más de la creación política del distrito de Santa Teresa, en el Cusco, le ha costado la vida a 51 peruanos. Salvo el chofer y el copiloto, que estaban borrachos, los demás viajaban en la carrocería descapotada de un camión. En la prensa se discute si el SOAT cubrirá a los deudos de los pasajeros, la aseguradora sostiene que el carácter ilegal de su ubicación los privaría de esa protección.El alcalde distrital y los integrantes de la Comisaría de Santa Teresa, han lamentado la tragedia. Han pasado cinco días y ninguna autoridad les ha comunicado que ellos son responsables penales de la terrible muerte que encontraron los pobladores de Sullucuyoc. Peor aun, una vez confirmado que fue la propia Municipalidad la que contrató el camión letal para asegurarse que los representantes de las comunidades aledañas, llegaran para desfilar en la festividad. ¿Por qué no contrató un omnibus?El artículo 3 del Reglamento Nacional de Tránsito dice que las entidades responsables de hacer cumplir sus disposiciónes son: El miniterio de Transportes, las municipalidades provinciales y distritales, la Policía Nacional y el Indecopi.El comisario y los policías de Santa Teresa vieron a la gente que murió, llegar viva a la fiesta, apiñada en la carrocería descapotada de un camión; y si no pudieron hacer nada al momento de la llegada, debieron hacer todo lo que manda la ley al momento de la partida. Bastaba con dos policías a la salida de pueblo para detener al chofer que transportaba gente infringiendo el reglamento, peor si había bebido. Para ello la policía de Santa Teresa no necesitaba ni patrulleros inteligentes, ni patrullas de carreteras, ni radios troncalizadas. Bastaba la voluntad de imponer el orden, de hacer cumplir la ley que prohíbe transportar pasajeros en vehículos descapotados; y la convicción del deber, que nuestra Policía ha perdido.El artículo 44 de la Constitución dice que entre los deberes primordiales del Estado está el de proteger a la población de las amenazas contra su seguridad. Pero para dar seguridad, el Estado debe funcionar y en el Perú, el Estado no funciona.Las autoridades creen que el Estado son puestos entre la burocracia, oficinas descentralizadas. El propio presidente Humala cree que para fortalecer al Estado él debe aligerarlo, adelgazarlo; agilizando los trámites.Tristemente, no entiende que nuestro principal problema es la falta de orden y que para que la seguridad de la población sea una garantía, para que todos podamos reclamar nuestros derechos, para que haya inclusión; debe haber orden. Que sin orden ni siquiera se puede repartir. Que en el desorden no se resuelve ni el hambre.La autoridad del Estado se ha venido socavando año tras año. Los marxistas disfrazados de movilizadores sociales, atacando a las FF.AA. y a la Policía desde fuera; las propias autoridades desde dentro: Ahora mismo los ciudadanos observamos cómo el Presidente se ríe de las normas que rigen sus salidas del país y vemos cómo la Cancillería se zurra en el Congreso disfrazando voluntarismo por interpretación. Si en el gobierno Central las cosas van a funcionar como en la municipalidad de Santa Teresa ¡Qué podemos esperar!, afirma la periodista Cecilia Valenzuela.

  • [El Comercio,Pág. A 5]
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