REMOVIENDO EL HUESO
9 de octubre de 2013

Entre las varias novedades que trajo la Ley del Servicio Civil vino un cambio muy positivo al sistema de la CTS de los servidores públicos. La carne, sin embargo, lamentablemente, vino con hueso. Empecemos por la carne. Los trabajadores que actualmente se encuentran en el régimen CAS no gozan de CTS y pasarán a tener este beneficio una vez que sean incorporados al nuevo régimen laboral. Se trata de una importante mejora pues estos servidores, finalmente, tendrán una protección en caso se queden sin empleo.Ahora vamos con el hueso. A diferencia de lo que sucede con los trabajadores privados, a los trabajadores públicos no se les depositará la CTS en dos oportunidades del año en una entidad financiera. En cambio, el gobierno les pagará directamente la totalidad de la misma recién 48 horas después de haberse producido su cese.Por qué el Estado (a diferencia de las instituciones privadas) tiene el privilegio de no estar obligado a depositar paulatinamente lo que le corresponde a cada trabajador no le queda claro a nadie. Tampoco queda claro por qué los empleados públicos tendrían que arriesgarse a que, después de años de servicio en una entidad estatal, llegue uno de esos gobiernos fiscalmente irresponsables que no cuente con recursos para pagar sus deudas (no sería la primera vez que eso sucede en el Perú, por cierto). Y, finalmente, no se entiende por qué los trabajadores públicos no tendrían la ventaja que sí tienen los privados de rentabilizar su CTS depositándola en una institución financiera que les pague intereses por ella.Afortunadamente, parece que algunos parlamentarios estarían dispuestos a apoyar una modificación puntual a la Ley del Servicio Civil para que el tratamiento de la CTS sea igual al del sector privado. Y es que esta carne no tiene por qué venir con hueso.

  • [El Comercio,Pág. A 18]
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