"Nunca la economía y la política van de la mano", reflexionó hace unos días el presidente Alejandro Toledo. Esta vez nos permitimos darle la contra alevosamente y demostrar, bajo la premisa del futuro voto responsable, que al elector promedio le interesan más los planes concretos de un partido determinado, que aquello que declaren ante un micrófono respecto de alguna coyuntura específica. Por razones de espacio no podríamos incluir a los 23 candidatos que se disputan el sillón presidencial. Así que se optó por escoger a algunos, de pronto a aquellos que figuran en las encuestas con algún porcentaje significativo.