UNA MIRADA AL MUNDO PARA DINAMIZAR LA EXPLORACIÓN MINERA
26 de septiembre de 2013

La fuerte caída de las cotizaciones de los metales se está viendo reflejada en una acentuada desaceleración de la exploración. Este comportamiento responde a que la aversión al riesgo de los inversionistas aumenta cuando los precios retroceden en los mercados internacionales, lo que los lleva a refugiarse en activos menos especulativos. Todo esto afecta a las mineras, sobre todo, a las denominadas "junior" que se dedican a buscar yacimientos, explorarlos y ubicar reservas que luego venden a empresas más grandes, pues ellas dependen del apetito por el riesgo para emitir acciones y financiar sus proyectos.La exploración es una de las actividades económicas más riesgosas, ya que requiere de inversiones que solamente se recuperan en caso de que se descubra un yacimiento rentable. Para dimensionarlo, basta con tener en cuenta que algunas estimaciones indican que solo 1-2% de los proyectos de exploración son exitosos. Esto significa que el dinero apostado en el 98-99% restante simplemente se pierde.Frente a este panorama, el Gobierno ha anunciado una serie de medidas para destrabar y facilitar la exploración, principalmente, acelerando los permisos y previniendo conflictos sociales. Si bien eso es muy positivo, el problema es que en el contexto actual otros países mineros también aplican reformas en su esfuerzo por atraer capital de riesgo y algunos de ellos con mayor agresividad que el nuestro, incluyendo un puñado con los que competimos directamente por las mismas inversiones. Australia es un buen ejemplo. Su nuevo primer ministro, el conservador Tony Abbott, acaba de ganar las elecciones parlamentarias de forma aplastante prometiendo reiniciar el “boom” minero y reavivar el apetito por el riesgo y la inversión. Para lograrlo pretende suprimir impuestos mineros y otorgar incentivos a la exploración mediante un mecanismo que permita que los gastos de exploración sean un crédito tributario para los accionistas de compañías que realizan dichos gastos, siempre que estas últimas no hayan generado ingresos contra los cuales puedan aplicarlos como deducción. La propuesta apunta a que esos gastos, en la práctica, sean trasladables de un contribuyente a otro que esté en condiciones de descontarlos del impuesto a la renta a su cargo, con ciertos límites. El objetivo es darles a los contribuyentes, sean personas naturales o jurídicas, un incentivo para invertir en pequeñas o medianas empresas dedicadas exclusivamente a la exploración de proyectos "greenfield" que son aquellos ubicados lejos de yacimientos conocidos y que, por tanto, son considerados más riesgosos. Un sistema de crédito similar (denominado METC por sus siglas en inglés; "Mineral Exploration Tax Credit") ha funcionado en Canadá con mucho éxito desde hace varios años y ha sido clave para consolidar su sitial como potencia minera mundial. No es casualidad que Canadá y Australia ocupen una vez más los dos primeros lugares en la lista de los países más atractivos para la exploración minera del Metals Economic Group. Cabe señalar que a nivel regional, Chile está considerando adoptar este esquema para seguir escalando posiciones en ese ranking, en el que volvió a sacarnos ventaja en el 2012.Existe consenso en que la exploración es la base para el desarrollo de la industria minera en el largo plazo. No hay que olvidar que la futura producción minera depende de la exploración de hoy. Ahora más que nunca se necesita analizar, diseñar e implementar medidas fiscales, como lo hacen otros países, para impulsar un aumento del número de inversionistas y de los montos invertidos en esta actividad. Ese sería un paso más en la dirección correcta para potenciar la exploración, señala Marcial García, socio de impuestos de EY.

  • [Gestión,Pág. 21]
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