Representantes de la empresa estatal Sedapal y su organismo regulador Sunass pasaron del debate de ideas al intercambio de insultos en torno a la fijación de las tarifas para el servicio del agua potable y alcantarillado.El improductivo debate dejó de lado lo principal: cómo hacer para asegurar que en los próximos años Lima Metropolitana no vaya a sufrir un racionamiento del vital elemento.Edgardo Quintanilla, experto en manejo de recursos hídricos y ex jefe del Instituto Nacional de Planificación, advierte que mientras la no definición de nuevas tarifas ha paralizado la posibilidad de que Sedapal realice inversiones, Lima está en peligro inminente. Esto, debido a que diversos estudios climatológicos indican que entre el 2008 y el 2009 se producirá una severa escasez de agua en las zonas desérticas del país y, por tanto, la producción de agua potable será limitada.