La candidatura del fujimorismo, encabezada por Martha Chávez, no parte, sin duda, con el brillo y la espectacularidad mediática que hubiese tenido si su líder máximo no estuviese recluido en Chile, sin el aura del guerrero astuto e invencible que para un sector de la población tenía.No se trata, sin embargo, de una postulación inocua. De hecho, hay una base social fujimorista, parte de la cual ya ha emigrado hacia otros lares, que se querrá expresar en la candidatura de Martha Chávez.La gran pregunta que cabe formular y que, además, debería inquietar a los dos candidatos que lideran las encuestas -como son Lourdes Flores y Ollanta Humala- es a cuál de los dos les va a quitar más votos.Grosso modo, podemos afirmar que el sector social A-B y una parte del C que apoyaba a Fujimori se ha ido a Unidad Nacional, pero el resto del C, el D y el E en bloque ha migrado hacia el humalismo (para ellos, no hay izquierda o derecha sino antisistema y punto).En principio, si Martha Chávez logra recoger -aunque en menor medida que el propio Fujimori- la misma distribución de votos, el que más perdería sería Humala.La inquietud es si Martha Chávez es capaz de sintonizar con el fujimorismo pobre. Todo pareciera suponer, por el contrario, que su mercado es más parecido al de Lourdes Flores que al del líder nacionalista.Un factor que podría alterar este cálculo es el grado de participación de Keiko Fujimori en la campaña para el Congreso. Su carisma es innegable y ella sí tiene llegada al fujimorismo de a pie que hoy acompaña en buena medida a Humala.Si Keiko se la juega el todo por el todo no sólo por sí misma -si se confirma su postulación al Legislativo- sino por Martha Chávez, sea cual sea el porcentaje final de votos que obtenga el fujimorismo, es predecible que la sangría mayor se la produzca a Ollanta antes que a Lourdes.Un Fujimori en la plancha (Santiago) y otro encabezando las listas al Congreso (Keiko) no hacen el Fujimori recluido en Chile, pero sí contienen un potencial electoral que, manejado con inteligencia, puede trepar a un punto que valga oro en la medida de quién sea el afectado con su crecimiento, señala el director de La Primera, Juan Carlos Tafur.