Los planes de Fujimori incluían la desaparición de los partidos políticos. El Chino comenzó bautizándolos como tradicionales; en cada elección creaba un nuevo movimiento y así inventaba su propia partidocracia; hacia el final de su gobierno, desde el otro lado, nacieron el Toledismo y el Humalismo. El segundo surgió de una asonada militar, pero el primero se fajó contra la re reelección y encarnó el sentimiento contra la autocracia y la corrupción que Montesinos encabezaba.Durante la campaña del 2001, pero sobre todo durante su gobierno, el Toledismo se convirtió en Perú Posible, en el primer partido político democrático del siglo XXI en el Perú. El Fujimorismo, su enemigo mortal, diezmado por la corrupción y la huída de su líder al Japón, fortaleció en la confrontación, la formación de esa estructura.Su apuesta por el libre mercado y el apoyo de tecnócratas reputados, le generaron a Perú Posible un espacio propicio entre los intelectuales y los técnicos de todo el país. Gente de la clase media, del sector emergente, del centro y aun de la izquierda anti-fujimorista y anti-aprista, se incorporó, con ilusión, a ese partido.A pesar de los errores que Toledo y su familia cometían -pronto sus hermanos y sus sobrinos se convirtieron en expedientes de la Fiscalía anticorrupción - Perú Posible creció y forjó dirigencias. Fue un partido a pesar de su líder. Alejandro Toledo gobernó con la popularidad más baja de las últimas décadas, pero se despidió del poder con una auspiciosa aprobación.Sin embargo, las patas eran de palo: Toledo era cobijado y apañado con afán. Cuando era necesario para luchar contra la dictadura, había que callarse frente a sus veleidades, cuando gobernaba, resaqueado, en medio de una democracia frágil y débil, había que justificar sus escándalos.Quienes apañaron a Toledo le hicieron sentir siempre que estaba por encima de los demás; que podía mentir impunemente. La misma mujer a la que sometió al papelón del "Melody", lo perdonó y lo etiquetó luego como "sano y sagrado". Si lo criticabas, le hacías el juego al fujimontesinismo. ¡Una cosa es denunciar corrupción en democracia y otra en dictadura! Proferían quienes lo apañaban.Su problema estuvo siempre en su psiquis, pero también en su entorno.Por eso desperdició lo que obtuvo, incluso la confianza y el respeto del pueblo. Por eso se creyó lo de "sano y sagrado".Y ahora mismo, está preocupado en salvar los millones mal habidos antes que en mantener Perú Posible a flote. La pregunta es si el presidente Humala, el último beneficiario de Perú Posible, también lo va a apañar. ¿Se va a quedar en silencio? ¿Lo va a seguir blindando? La Fiscalía considera a Eliane Karp cómplice en el delito de enriquecimiento ilícito por el que se investiga a su cónyuge. El entorno de la pareja quiere que el Ministerio Público archive la investigación.Esto ocurre cuando los vicios se apañan. El caso del "sano y sagrado" debería ser una lección contra la condescendencia y el doble estándar entre los políticos y los periodistas en el Perú. Si alguien puede llegar tarde o borracho a los eventos estatales, orinar en la llanta del avión presidencial, negarse a reconocer a una de sus hijas; puede gastarse 17 millones de dólares sin responder por su origen y acusar a su suegra de hacerse rica con el holocausto. ¡Qué importa!, señala la periodista Cecilia Valenzuela.