¿Y "YA FUE" LA INVERSIÓN EN PETRÓLEO?
22 de agosto de 2013

1. Durante la última década, mientras que el precio internacional del petróleo se disparó, nuestra producción petrolera se redujo de manera casi continua. Hace 15 años, cuando el precio del barril (bl) era de US$ 13, el Perú producía 113,000 bls/día. El año pasado, con un precio de US$ 105/bl (8 veces el de 1998), nuestra producción continuó disminuyendo, cayendo por debajo de los 67,000 bls/día (menos del 60% del nivel alcanzado hace 3 lustros). ¿Qué nos pasó? ¿Se nos acabó el petróleo? ¿O es que el marco regulatorio no es suficientemente amigable a la inversión privada? 2. Tiendo a pensar que el problema reside en el marco regulatorio y en la visión estatista y de maximización de regalías a corto plazo que ha prevalecido en el sector. Al respecto, es interesante comparar nuestra experiencia con la de Colombia. En ese país, la producción petrolera alcanzó los 620,000 bls/día en 1998, y se mantuvo estancada y con una tendencia a la baja cuando la industria estuvo controlada por una empresa pública (Ecopetrol). En el 2007 la producción colombiana de crudo cayó a menos de 400,000 bls/día. En ese contexto se abrió el accionariado de Ecopetrol y se fomentó la entrada de inversionistas privados al sector. Para este fin se modernizó el marco regulatorio, estableciéndose regalías relativamente bajas (entre 8 y 20%). Como resultado de la reforma regulatoria colombiana, entre el 2007 y el 2012 su producción petrolera se multiplicó por 2.5.3. En contraposición, durante estos mismos años, la producción peruana de petróleo disminuyó en casi 15%. Sin duda, parte de este declive se explica por el hecho de que las regalías vigentes en el Perú resultan muy onerosas (en algunos lotes superan el 50%), lo cual desalienta la inversión. Pero la historia no termina allí, hay algunos que proponen que no se extiendan los plazos de concesión a las empresas privadas y que los lotes reviertan al Estado. 4. Aunque usted no lo crea, ahora que urge fomentar la inversión privada, hay quienes se oponen a que las empresas concesionarias en la costa norte del país puedan extender sus contratos de explotación a los periodos máximos previstos por la ley (hasta 30 años). En esta zona geográfica se produce aproximadamente el 40% de nuestro petróleo y en los últimos 3 años se ha registrado una caída en la producción cercana a los 10,000 bls/día. La razón es sencilla de entender: para mantener la producción de un lote petrolero hay que invertir en perforar nuevos pozos, pues la producción de cada pozo declina en el tiempo. Pero para invertir en nuevos pozos se requiere poder explotarlos un tiempo mínimo que justifique la inversión. En la medida que varios de los contratos de concesión vencerían en los próximos 2 o 3 años, los concesionarios actuales no acometen nuevas inversiones, pues no resultan rentables si solo las pueden usufructuar por un periodo tan corto. 5. Desde hace varios años los concesionarios vienen solicitando que se les extiendan los plazos hasta el límite contemplado en la ley. Pero los estatistas dicen "no, mejor que reviertan a Perupetro y que los explote Petroperú o que se vuelvan a licitar". No extender los plazos de los contratos vigentes, significará esperar 3 años hasta que los contratos actuales venzan y 2 o 3 años adicionales hasta que el nuevo operador (¿Petroperú?) obtenga los permisos ambientales para perforar nuevos pozos. Es decir, 5 o 6 años sin perforación y, por consiguiente, de mayor caída de la ya alicaída producción petrolera del país, señala Carlos E. Paredes, director de Intelfin y profesor de Economía de la USMP.

  • [Gestión,Pág. 21]
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