BRISA DE OPTIMISMO. Los recientes datos sobre la economía de Estados Unidos, destino de alrededor de un 15% de nuestras exportaciones, evidencian un fortalecimiento en su recuperación, ahora cuando otros importantes socios comerciales se desaceleran como China. La economía norteamericana creció 1.7% en el segundo trimestre e Indicadores dados a conocer hace unos días apuntan a una mejora en los sectores de manufactura y servicios. A ello se sumó el récord de exportaciones registrados en julio. A estos favorables resultados se ha sumado también la reducción de la tasa de desempleo, a un 7.4% y hasta se ha apreciado mejoras en el sector inmobiliario, uno de los más golpeados por la crisis subprime del 2008.La mejora en la evolución de la economía estadounidense se da incluso a pesar de los recortes automáticos del gasto, medida que se implementa debido a que los legisladores norteamericanos no pudieron ponerse de acuerdo sobre una manera gradual de reducir el gasto fiscal.Esta favorable evolución estadounidense también ha sido advertida por el banco central norteamericano, que ya barajaría la manera como retirar los programas de estímulo monetario, básicamente, la inyección de liquidez mediante una compra mensual de US$ 85,000 millones en determinados activos de los mercados.Si bien el anuncio de la Reserva Federal causa incertidumbre en los mercados, no sería más que una mayor evidencia del fortalecimiento de la principal economía del mundo, en momentos en que otras potencias económicas aún no pueden cobrar fuerza.La mejora de la economía norteamericana, que implicaría mayores compras en el mundo, debería permitir al Perú mitigar en parte la caída de la demanda de China, que afronta una desaceleración, y de la Unión Europea que aún no logra dejar atrás la crisis de deuda.No obstante, Estados Unidos aún tiene pendiente el tema de sostenibilidad de su deuda y la de una delicada estrategia para empezar a retirar los estímulos, ya que en los mercados financieros impera una tensa calma, donde parece imponerse con facilidad posturas defensivas entre los inversionistas por las turbulencias pasadas. Por lo que el efecto sobre el Perú podría aún demorar.