LAS TEMPESTADES QUE COSECHA CATERIANO
7 de agosto de 2013

Los últimos 13 años, el Perú se ha nutrido de una experiencia extraordinaria. Después de una crisis política, moral y social, larga y de grandes proporciones, que incluyó violencia, pobreza, terrorismo, inflación, autoritarismo, corrupción; la sociedad peruana ha logrado demostrarle al mundo que es capaz de administrar sus problemas y garantizar justicia para sus ciudadanos.El Poder Judicial, con todos sus bemoles, con sus limitaciones presupuestales y el poco prestigio que lo acompaña desde la dictadura de Velasco, ha juzgado y sentenciado desde cabecillas terroristas, hasta un ex presidente de la República. Por primera vez en nuestra historia jurídica, las cortes del Perú juzgaron y condenaron a terroristas, jueces, ministros, policías, fiscales, militares, políticos, periodistas, empresarios, lobbistas; corruptos o violadores de los derechos humanos, los que obraron mal, robaron o mataron, han ido a la cárcel.Ninguna corte internacional puede acusar al sistema judicial peruano de haberse puesto solo de un lado. Desde todos los extremos de la política, Abimael Guzmán, Vladimiro Montesinos, Víctor Polay, Nicolás Hermoza, Alberto Fujimori, Antauro Humala, viven, en sus celdas, para contarlo.El último domingo, sin embargo, un escándalo político, muy mal abordado por parte del gobierno, está poniendo en riesgo a todo el sistema judicial. Y tal como se están desarrollando las cosas, la oposición estaría a punto de ejecutar venganza, a costa de nuestra sociedad, de la heroicidad de los Comandos Chavín de Huántar y de la institucionalidad que poco a poco el país recupera.No es posible que por una cuestión coyuntural, la animadversión que provoca un ministro antipático como Pedro Cateriano, que ha cultivado todos los enconos imaginables, que ha llevado a la función pública todos sus odios personales, el país se vea expuesto y vulnerable. Los apristas detestan a Cateriano por su condición de perseguidor de Alan García, pero ¿Le van a dar una lección a Cateriano a costa del país? Los fujimoristas odian al vocal César San Martín porque presidió el colegiado que condenó a Fujimori ¿Y la heroicidad de los Comandos Chavín de Huántar, no les interesa? ¿Trece años de persecución contra ellos no cuentan?Pero lo peor es el absurdo. Se cuestiona una reunión que se produjo para coordinar la defensa del Estado peruano frente a un tribunal internacional. Como si a la hora de enfrentar un cuestionamiento o una amenaza que viene de afuera, el Estado no debiera ser una unidad.La CIDH le ha dicho al Perú: Oiga, usted no les está haciendo justicia a los terroristas del MRTA que tuvieron secuestradas e intentaron asesinar a decenas de personas en 1997, y por eso lo vamos a castigar. El Perú, acusado, cuestionado, debe demostrar que los integrantes de esa Corte están equivocados.¿Cómo lo hace? ¿Quién lo hace? ¿Toda la responsabilidad debe recaer en un solo poder, en un solo funcionario?No. La defensa del país es una obligación del Estado. ¿Qué es el Estado? La suma, la reunión, la coordinación de todos sus poderes, de todos sus organismos, de todos sus ciudadanos. Todos los poderes tienen la obligación de ponerse de acuerdo a la hora de llevar una voz que represente y defienda al Estado peruano. Lo demás es demagogia y de eso ya tuvimos demasiado, señala la periodista Cecilia Valenzuela.

  • [El Comercio,Pág. A5]
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