SE PERDIÓ OPORTUNIDAD. La inclusión de grandes anuncios en el mensaje por Fiestas Patrias ha pasado de moda. Pero en circunstancias como las actuales, en las que el desencanto de la población está en aumento, lo mismo que el pesimismo de los empresarios, y la clase política ha demostrado que ahora más que nunca vive ensimismada en sus intereses particulares, el presidente Ollanta Humala ha desperdiciado una oportunidad para reconectarse con la opinión pública.En otras palabras, el mensaje careció de mensaje. A la usual recitación de logros, el mandatario sumó algo de autocrítica y, afortunadamente, evitó la confrontación. Aunque no se le pide haberse convertido en un orador que inspire a gran parte del país al estilo de Barack Obama, sí era necesario que Humala comprendiese que muchos peruanos esperábamos que nos dijera cuál es la visión que su gobierno tiene del Perú y cómo espera encaminar su política para que esa visión comience a hacerse realidad. Lamentablemente, leer su mensaje como si hubiese sido lo último que quería hacer, sin darle alguna entonación que resaltara lo importante, no fue la respuesta adecuada para llamar la atención, ni para desmarcarse de la pésima imagen que ostentan quienes estaban al frente de él, pues es altamente probable que la vergonzosa actuación del Congreso debe explicar parte de la caída de popularidad del presidente, aparte, por supuesto, de sus propios errores. Además, el mensaje carecía de algún hilo conductor que relacione el trabajo de los ministerios y, al contrario, dio la impresión de que cada uno trabajaba de forma aislada.Esta ocasión ha sido la muestra más evidente de que al Gobierno le hace falta una estrategia de comunicación eficiente y eficaz. De otro modo, cómo se explicaría que una reforma tan relevante -y que ningún otro Gobierno pudo concretar- no se haya convertido en el principal tema de debate cuando fue aprobada. Y ahora se viene otra reforma igual de trascendental, la del sistema de salud pública, y prácticamente nadie habla de ella.Al presidente Humala no le conviene pronunciar mensajes tan anodinos, pues sí tiene cosas importantes que difundir. También esperamos que sus ministros mejoren su capacidad de reacción y sus habilidades para "vender" sus proyectos.