Los peruanos han perdido la fe, y los más jóvenes quieren tomar las calles. A estas alturas, para la gente que está indignada, Humala y Nadine han caído en las encuestas por la repartija, las renuncias de dos ministros el último lunes, se deben a la repartija. El Congreso es una repartija, y ¡Hasta la luz verde que le da pase al auto de Cateriano, es cosa de la repartija!. Ayer la gente quiso se vaya Isla, qué pasa si el 28 de julio, grita ¡Qué se vaya Humala!.La política es el arte del consenso; en democracia el poder se gestiona, no se impone. Los jóvenes protestan porque lo que la repartija les ha dejado es el fin del consenso y la decencia. Los dueños de los carteles que con creatividad expresan indignación y desprecio por la clase política nacional, son izquierdistas, apristas, pepekuys, liberales, independientes, no importa, están marchando y van a seguir marchando juntos si la élite política del país no enmienda.Su reacción se asemeja al movimiento que se gestó en 1997 cuando el fujimorismo destituyó a los magistrados del TC que se oponían a la re reelección. Y que fue el germen de la Marcha de los Cuatro Suyos.Y los líderes políticos nacionales, los que han defraudado al electorado que les dio la mayor representación en el parlamento, deberían recordarlo; porque el éxito de la marcha de los Cuatro Suyos no tuvo que ver con el liderazgo de Toledo, ni con la cantidad de gente que salió a marchar el 27 y el 28 de julio del año 2000; la Marcha de los Cuatro Suyos fue un éxito y se convirtió en un hito democrático, por la composición plural de quienes la integraron. No fue la cantidad sino la calidad de la gente que decidió protestar, la que determinó el final de un gobierno autocrático y poderoso.Salvo Lourdes Flores, que ya ni siquiera es la presidenta de su partido, los demás dirigentes no han admitido su responsabilidad, nadie ha pedido disculpas; mandaron a la segunda fila a organizar la repartija y cuando estalló el escándalo, ellos, bien gracias. El Presidente tiene formación militar, debería recordar que la retirada es un movimiento táctico que el general que dirige la guerra utiliza para preservar sus fuerzas. Y que la guerra la gana el que preserva más fuerzas. Es cierto que cuando uno es comandante su rango no le deja la opción de deliberar y decidir la retirada; pero él ahora es el Presidente del Perú.Reprimir y hacer que agentes de la Dirección de Inteligencia de la Policía detengan a los organizadores de la marcha contra la repartija, solo empeorará las cosas. Esta no es la marcha de los extremistas contra Conga, ni la de los burócratas contra la ley del Servicio Civil. Esta marcha es seria. Son jóvenes, de todas las tendencias, indignados contra toda la clase política, y en defensa de los valores democráticos.El Presidente debe saber que la gente no le cree, por eso mismo, antes del 28 debe consensuar una propuesta digna e independiente, por lo menos para la Defensoría del Pueblo. Y presentar un gabinete con los mejores cuadros del país y cuyo Primer Ministro, no tenga 13% de popularidad (Ipsos). Será la única manera de evitar que la gente salga a protestar en las Fiestas Patrias, señala la periodista Cecilia Valenzuela.