UN PELIGROSO CAMINO
22 de julio de 2013

Casi dos horas le tomó al presidente Ollanta Humala dar su discurso ante el Congreso el 28 de julio del 2012. Este año no puede darse el lujo de volver a presentar un largo y aburrido recuento de obras. Los resultados de las encuestas, el deterioro institucional y los temores que genera el desaceleramiento de la economía, demandan que esta vez el mandatario muestre posiciones claras. Lo sucedido esta semana con ocasión de la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional y la Defensora del Pueblo debe dejar como enseñanza que los asuntos políticos son demasiado importantes para solo dejarlos en manos de las bancadas con presencia en el Parlamento y de los líderes de los partidos políticos que mostraron estar completamente desconectados de las necesidades del país. Y es que de tanto repetirse la importancia que tiene para el Perú el fortalecimiento institucional, se ha convertido en un lugar común, ya que siempre se menciona, pero se avanza muy poco en ese sentido. Lo que deben comprender los partidos políticos y también la sociedad civil, como los gremios empresariales, es que una mejor calificación crediticia del país no solamente está vinculada a la evolución favorable de la economía, sino también de las instituciones que no deben estar sujetas a los vaivenes del acontecer político, y que por ello deben mantener un rumbo definido, como sucede, por ejemplo, con el Banco Central de Reserva.Lamentablemente, el Congreso no ofrece esa confianza y el Poder Ejecutivo no tiene la habilidad para liderar los cambios. Ni qué se diga del Poder Judicial. Como si lo anterior no bastara, las últimas encuestas de opinión confirman la caída de la popularidad del presidente Humala y de su esposa, Nadine Heredia. El descenso en lo que va del año ha sido más fuerte en los segmentos socioeconómicos A y B, con caídas de más de 29 puntos porcentuales, según el último sondeo de Ipsos. Estos resultados confirman la necesidad de que el mensaje presidencial deje al país la sensación de que el Gobierno mantiene el control, lo que necesariamente implica cambios en el Gabinete. El último sondeo GfK revela que el 35% de los peruanos considera que el mandatario nombra funcionarios inadecuados para los cargos públicos. Más de un ministro es un ejemplo de eso. Por tanto, de no tomarse medidas, se puede ingresar a un peligroso camino, de incremento de la inestabilidad política y, por consiguiente, de su impacto negativo en la economía, señala Julio Lira Segura, director del diario Gestión..

  • [Gestión,Pág. 22]
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