En el Perú, la mayoría percibe al Estado como injusto o abusivo. Al margen de lo costoso que resulta ser formal, quizá esa percepción pueda explicar lo permisivos que resultamos los peruanos frente a la informalidad.De la misma manera la opinión pública suele tornarse tolerante frente a los políticos que percibe como perseguidos. La gente quiere que los malos políticos sean castigados, pero cuando quien los persigue se pasa de la raya y la gente percibe persecución o abuso de poder, inmediatamente se vuelve comprensiva con esos malos políticos.Y siendo así, ocurre lo mismo cuando es al revés. Por eso el blindaje que el Nacionalismo le ofrece a Alejandro Toledo les está costando tanto en su popularidad a Ollanta Humala y a Nadine Heredia; la ciudadanía percibe que el partido de gobierno está abusando de su poder para proteger y tapar a su aliado.Toledo es terco, lo dice él mismo; pero ese no es el mayor de sus defectos. La mentira parece formar parte de su estructura emocional y psíquica; durante años se negó a reconocer a Zaraí; decía que no era su hija y puso de por medio un sinnúmero de mentiras antes de darle su apellido.Ahora, que no puede explicar los millones de dólares que su familia invierte en valiosas propiedades, ha vuelto a treparse a ese carrusel engañoso. Aunque esta vez, en cada nueva aparición, Toledo ha tenido que ir contando una nueva y pequeña verdad. Y cada nueva y pequeña verdad ha resultado ser más grave. Primero dijo que el dinero era de su suegra y que su suegra tenía dinero, entre otras cosas, porque había sido indemnizada como víctima del holocausto judío; luego dijo que no, que la casa estaba hipotecada a un banco en Costa Rica; y ahora dice que el dinero es de su amigo el multimillonario Josef Maiman.La próxima nueva verdad tendrá que decirla la Fiscalía y debería ser la gran verdad: cuánto dinero le guardó en sus cuentas su multimillonario amigo.La sombra de la corrupción opaca en este momento a todos los grupos políticos, el blindaje del nacionalismo se percibe a estas alturas como complicidad y si a eso le sumamos los gastos del despacho de la Primera Dama detectados por la Contraloría, y el destino incierto de las donaciones de la Sunat, por un monto global de casi cinco millones de dólares derivados al Ministerio de la Mujer y a la Oficina del Primer Ministro, el desagüe comienza a apestar.Peor si Toledo insiste en designar él al Defensor del Pueblo, y si el Nacionalismo le permite que nos endilgue a una ex funcionaria que fue destituida del cargo de presidenta del Consejo de Defensa Judicial del Estado en el 2004 y de la jefatura de la Superintendencia de Registros Públicos en el 2007.El acuerdo de que los cargos se voten en bloque, puede provocar que se frustre nuevamente la elección de los magistrados del TC, los directores del BCR y el Defensor del Pueblo. Es increíble, en manos del dueño de las mentiras está la designación de los ciudadanos que deberán ostentar los cargos más importantes para la sociedad, señala la periodista Cecilia Valenzuela.