Aún cuando el Gobierno ofreció a Transportadora de Gas del Perú (TGP) las garantías de seguridad para que continúe con los trabajos de ampliación del Gasoducto de Camisea en la selva del Cusco, desde octubre del año pasado -tras sufrir ataques terroristas- la empresa actualmente no estaría llevando con la prontitud requeria las obras revelaron diversos fuentes consultadas por Gestión.Los trabajos están planeados desde el anterior Gobierno para ampliar la capacidad de transporte de gas natural desde Camisea a Lima, de 450 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas actualmente, a 1,150 mmpcd. El mayor volumen de gas es requerido sobre todo por plantas generadoras ubicadas al sur de la capital, para seguir atendiendo la creciente demanda de electricidad.El ex ministro de Energía y Minas, Carlos Herrera, afirmó que las obras de ampliación de ese ducto -que comprenden construir una planta compresora en Echarate, para bombear más gas, así como un loop o tubería paralela en algunos tramos del gasoducto actual- están paralizadas.Tras los ofrecimientos de reforzar la seguridad en la zona de selva por parte del Ejecutivo, TGP había ofrecido reanudar los trabajos de ampliación del ducto entre abril y mayo del presente. No obstante, la semana pasada se informó del hallazgo de minas presuntamente sembradas por terroristas en puntos cercanos al ducto actual en la selva.