CAMPO SIN CABE
27 de junio de 2013

El legislador Ruiz ha decidido insistir en una pésima idea. Ha presentado, junto con otros congresistas de Gana Perú, un nuevo proyecto de ley para limitar la propiedad de las tierras. La idea es pésima porque, antes que nada, parte de una falsa premisa: existe un problema de acaparamiento de tierras que ha llevado a que el país se reparta entre unos pocos latifundistas. Para descubrir la falacia, valdría la pena resaltar que el grupo empresarial que concentra más tierras en el Perú cuenta solo con aproximadamente el 1% de los 7,6 millones de hectáreas con potencial para uso agrícola, lo que difícilmente puede describirse como una situación de acaparamiento. Y la gran mayoría de otros latifundistas está muy por detrás. Además, si consideramos que de esos 7,6 millones solo se utilizan 5,4 nos podemos dar cuenta de que, en vez de acaparamiento, lo que hay en el Perú es desaprovechamiento de tierras.Por otro lado, tampoco sería un problema que se acumulen extensiones considerables de tierras. Después de todo, los márgenes de ganancia que se obtienen al cultivar a gran escala justifican inversiones -por ejemplo, en tecnología- que aumentan la productividad. Asimismo, una amplia extensión de tierras permite una mayor variedad de cultivos para diversificar mejor el riesgo. Paralelamente, operaciones grandes posibilitan comprar insumos en volúmenes que facilitan los descuentos. Y todo esto redunda en mejores productos y precios más bajos que benefician a los consumidores. Lo que importa, en fin, no es a quién pertenece cada hectárea de campo, sino que este produzca la máxima riqueza posible.Por suerte, el ministro Von Hesse demostró que existen espacios de sensatez en el oficialismo: se opuso al proyecto remarcando que el campo, más bien, necesita "fortalecer la confianza de los agentes privados". El ministro, así, estuvo muy acertado, aunque quizá le faltó mencionar que lo que el campo también necesita es un Congreso que no le meta cabe.