El 5 de abril pasado, la República Democrática del Congo (RDC) decretó que no se podrían exportar concentrados de cobre y cobalto de su país a partir de julio. De ahí en adelante, se tendría que dar mayor valor agregado dentro del país, de acuerdo a las declaraciones del ministro de Minería Martin Kabwelulu. Esta medida se toma en un contexto en el que se discute una nueva legislación minera con miras a incrementar los ingresos por impuestos a esta actividad. Según el US Geological Survey, la RDC es el octavo productor mundial de cobre (500 mil TM año) y el primer productor mundial de cobalto (2012).No es la primera vez que se decreta esta medida en la RDC; también lo hicieron en el 2007 y el 2010, pero no se pudo poner en práctica. Si bien esta norma busca que se dé mayor valor a la explotación de recursos naturales dentro de su territorio (y consiguientemente más impuestos) y que se desarrolle una mano de obra con mejores puestos de trabajo, lo cierto es que no se podrá cumplir, puesto que no se han desarrollado paralelamente fuentes de energía eléctrica. Es por ello que el país tiene constantes apagones que incrementan los costos de producción de las zonas mineras de Katanga y Mutanda. Si no hay una fuente constante de energía, ¿quién va a invertir en refinerías y fundiciones? Además hay una guerra civil y una confrontación interétnica que ha costado la vida de 3 millones de personas en veinte años.Días después del anuncio, la agencia Reuters informó que el ministro Kabwelulu había escrito a las empresas diciendo que podrían evadir la prohibición de exportación de concentrados si es que "hacían un pago extra al Estado". En el Perú también hay un debate sobre dar mayor valor agregado al portafolio de concentrados que exportamos y, consiguientemente, obtener mayores ingresos tributarios. Para eso se necesitaría un mayor número de refinerías y fundiciones que las que tenemos: La Oroya (1922-polimetálica), Ilo (1962-cobre), Cajamarquilla (1981- zinc), Funsur (1996-estaño). Nuestra ventaja competitiva sería no solo ahorrar el costo del flete del concentrado, sino tener fuentes de energía barata (hidroeléctricas/termoeléctricas) y una infraestructura portuaria. Salvo en la refinería de Funsur, en todas las demás tenemos un problema por el dióxido de azufre.El Estándar de Calidad Ambiental (ECA) del aire busca proteger a la población. El ECA aire para dióxido de azufre fue regulado por primera vez en nuestro país en el año 2001, a través del DS N° 074-2001/PCM, el que fue actualizado en el año 2008 mediante el DS N° 003-2008-Minam. El cronograma de adecuación del ECA aire para dióxido de azufre: año 2001 (365 ug/m3 diario y 80 ug/m3 anual), a partir del año 2009 (80 ug/m3 diario) y posteriormente para el 2014 (20 ug/m3 diario). Según el Minam, "las empresas minero-metalúrgicas han tenido 13 años para desarrollar sus inversiones con miras a cumplir las normas de calidad del aire". Todo suena razonable, pero.De acuerdo a la "Guía de Calidad de Aire" de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se precisa a las autoridades que para establecer ECA para Aire deben considerar:-¿Qué contaminantes y sus propiedades deben ser regulados?-¿Quién debe ser protegido de los efectos?-¿Qué nivel de riesgo es aceptado para la población?-¿Cómo la incertidumbre de las evidencias afecta el proceso de decisión?-¿Cuán factible será cumplir con los estándares propuestos y a qué costo? ¿Hemos cumplido estas recomendaciones en el Perú? Todo indica que NO. Se establecieron sin tomar en cuenta el Diagnóstico de Línea Base necesario, que debe recoger estudios y análisis de carácter técnico-científico requeridos (inventarios de emisiones de fuentes fijas, móviles y de área; monitoreos de la calidad del aire) y el análisis costo-beneficio. Tampoco se aseguró la existencia de tecnología disponible y comprobada, lo que tiene incidencia en la magnitud de las necesarias inversiones para la modificación/construcción de nuevas plantas/procesos de tratamiento/captura, costos de operación, estudios necesarios, capacitación del personal y disponibilidad de equipos/tecnología necesarios. Aquí está la clave del presente problema: no existe en el mundo la tecnología para cumplir a partir del 1 de enero del 2014 con un valor diario de 20 ug/m3. ¿Qué hacemos entonces? Recordemos que el país más estricto en este tema es Japón, que tiene un límite de 105 ug/m3.Insistir en un estándar que técnicamente no se puede cumplir (y las autoridades del Minam lo saben) es un absurdo. No solo afecta a las refinerías que ya están instaladas (a las cuales se les debería dar un plazo razonable para poder cumplir con el estándar de 80 ug/m3, -recuérdese que se debe diseñar y construir la maquinaria para instalarla), pues deben operar a menor capacidad para cumplir con el estándar hoy vigente (perdiendo dinero, o no pudiendo encontrar un nuevo operador, como el caso de La Oroya) sino que cierra la posibilidad del objetivo nacional de dar mayor valor agregado a nuestros productos mineros. Salvo que todo este discurso termine siendo una nueva fuente de ingresos tributarios como finalmente confesó el ministro Kabwelulu en la RDC, afirma Miguel E. Santillana, Investigador Principal del Instituto del Perú - Universidad de San Martín de Porres.