A RECUPERAR LA DECENCIA POLÍTICA
2 de enero de 2006

Es increíble; se acabó el 2005. O mejor dicho, el 2005 pasó volando. Como siempre, en esta época del año, el momento es oportuno para hacer un alto y recordar qué pasó el año que pasó.Pues bien, aunque muchos no lo quieran reconocer, desde el punto de vista económico y productivo, el 2005 fue un muy buen año. Todos los sectores crecieron; tanto en producción como en exportaciones.Agricultura, minería, pesca, industria... todo creció el año que pasó. Y los servicios no se quedaron atrás. Creció el turismo --a pesar de los bloqueos de carreteras y vías férreas-- creció la banca, y creció el comercio.Y ni qué decir de la energía. El gas de Camisea nos cayó como anillo al dedo, justo para amenguar una sequía que hubiera limitado severamente al sector energético. Pero no, ahora tenemos gas natural, y ya no somos tan dependientes del agua para generar energía.Por el lado medio ambiental --por lo menos en Paracas-- también hubo mejoras notables en el 2005. El hecho de que las empresas pesqueras de la zona construyeran un emisor submarino para botar sus efluentes mar adentro, en vez de hacerlo en la orilla, ha dado muy buenos resultados. Ahí está; en Paracas está el ejemplo para las demás zonas pesqueras del país.Como se ve, realmente no nos fue mal el año que pasó. Quizás el problema somos nosotros los peruanos. Me refiero a nuestro estado de ánimo. ¡Qué manera de ser pesimistas los peruanos!Es verdad que tenemos mil problemas; empezando por el de la pobreza de millones de compatriotas. Claro que la falta de trabajo y la marginación angustian a miles de familias peruanas. Y qué decir de la seguridad --o mejor dicho de la inseguridad ciudadana-- y la educación y la salud públicas. ¡Vaya problemas que tenemos los peruanos!Pero ese no es el tema de este artículo. El tema es que el Perú creció en el 2005, y lo hizo de manera diversificada, y --más importante aún-- descentralizada. En efecto, todos los sectores crecieron, y las regiones crecieron más que la capital.Entonces ¿cuál es el problema? ¿Por qué si nos fue bien en el 2005, la gente está tan pesimista? De hecho, el fútbol tiene mucho que ver con el asunto. Eso de que nos eliminen de cuanto torneo internacional participemos, ciertamente debe tener algún efecto en nuestros espíritus. Pero hay algo más.Y ese algo más --estoy convencido-- tiene que ver con la indecencia en la política peruana; y en general, con la inmoralidad de muchas de nuestras autoridades. Me refiero a los policías y jueces corruptos. La prensa obsesionada por propalar noticias de suicidios, accidentes y crímenes también influye negativamente en nuestro estado de ánimo. Y por supuesto los congresistas súper egoístas que se autoasignan remuneraciones de escándalo, sin reparar para nada en la paupérrima situación de millones de peruanos. Todo eso es malo para el espíritu colectivo.Pero también nuestro presidente tiene mucho que ver con nuestro estado de ánimo. ¿Qué puede trasmitir una persona impuntual, incumplida, botarate y tan llena de otros defectos personales? Pues pesimismo.Sin embargo, al presidente hay que reconocerle un gran atributo: su suerte. El presidente es un gran suertudo. Y yo diría que por eso --por que es un gran suertudo-- nos fue tan bien en el 2005.Entonces, ¡vamos! El 2005 fue muy bueno. Y el 2006 --si le ponemos punche-- será mejor. Y más aún, con la suerte de nuestro presidente, señala Fernando Cillóniz B..