UNA REFORMA ESTRUCTURAL DE VERDAD
3 de junio de 2013

UNA DECISIÓN ESPERADA. El proyecto de la Ley del Servicio Civil, que elaboró el Ejecutivo y hoy se encuentra en el Congreso, listo para ser debatido, se podría convertir en la "gran transformación" del sector público si es que logra ser aprobado y, por supuesto, implementado. Fue en diciembre del año pasado que José Villena, ex ministro de Trabajo, anunció que la iniciativa legislativa estaba siendo afinada y que priorizaría la meritocracia.En otras palabras, el objetivo de la norma sería profesionalizar el sector público, dejando atrás las prácticas que desde siempre han colocado al Estado como una agencia de empleos para partidarios, amigos, allegados y recomendados de las autoridades de turno, ya sea a nivel del Gobierno Nacional (sobre todo ministerios) como de los gobiernos regionales y locales. Las protestas que obligaron a la postergación de la aprobación del proyecto, la semana pasada, son una muestra de que el gobierno del presidente Ollanta Humala no la tendrá fácil y que hará falta una buena dosis de manejo político para afrontar los obstáculos que se presentarán. Sin embargo, también se pudo apreciar que los principales motivos de las manifestaciones callejeras de los empleados públicos estaban basadas en la desinformación. Es lógico que sientan temor por perder su trabajo, pero es necesario que se les comunique que ese no es el fin de la futura ley. Si se logra superar ese vacío informativo, es probable que en unas semanas las posiciones en contra comiencen a disminuir. Es por ello que la norma no debía aprobarse tan rápido.Hay que recordar que todos los gobiernos han pretendido "reformar" la planilla estatal. En algunos casos se limitaron a decretar despidos masivos, pero sin atacar el verdadero problema -la falta de capacitación-, aunque en paralelo se reforzaron o crearon entidades que sí privilegiaron la calidad de sus recursos humanos, una costumbre que, sin embargo, no se convirtió en política y, por ende, no se hizo extensiva al resto de instituciones.También es importante anotar que la excesiva burocracia es uno de los lastres más pesados que arrastra la economía peruana y que retiene al país en lugares inmerecidos en los rankings de competitividad global. No hay más tiempo que perder.

  • [Gestión,Pág. 22]
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