PERSPECTIVAS. La economía peruana depende en buena medida de lo que ocurra con la demanda y precios de los metales. El Perú es el mayor productor de plata, segundo en cobre y zinc, y sexto en oro. Estos cuatro productos representan más del 80% de la producción minera nacional y de las exportaciones mineras, y explican un tercio de los ingresos tributarios, por lo que una caída de sus cotizaciones tiene efectos negativos a nivel macroeconómico. Por ejemplo, la disminución de los precios de los metales desde junio del 2012 explica el desceso de la recaudación tributaria en lo que va del año (más de 3% real en los cuatro primeros meses y 5.2% en abril) y el deterioro de la balanza comercial. Si bien no se proyectan más caídas importantes de los precios en este año, recientes estimaciones indican una desaceleración de la economía de China este año mayor a la esperada; y, a mediano plazo, se prevé que el crecimiento de la demanda china de metales se moderará, a medida que esta economía se oriente más hacia los servicios, por lo que es poco probable que los precios de los metales crezcan en la magnitud que lo hicieron en las dos últimas décadas (los precios promedio del cobre, plata, oro y zinc aumentaron 107%, 106%, 79% y 56%, respectivamente), incluso podrían descender ( el mercado chino consume más del 40% de todos los metales). Por ello, es importante tomar algunas medidas.En primer lugar, hay que asegurar el ingreso de nuevos proyectos mineros grandes para contrarrestar con mayores volúmenes la caída en los precios. Actualmente, preocupa la disminución de la producción de oro, aunque hay proyectos de cobre programados para ingresar en los años siguientes. Por esto, en segundo lugar, debe buscarse una solución definitiva a los conflictos sociales antimineros y agilizar los procedimientos y trámites para los permisos de exploración y explotación y evitar así la demora de muchos proyectos; también debe preservarse el marco tributario estable y competitivo para promover la inversión. Una tarea pendiente es impulsar políticas para promover mucho más la diversificación productiva hacia otros sectores que producen bienes con mayor valor agregado (manufactura, petroquímica, productos del mar para consumo humano, productos agrícolas con mayor elaboración para exportación).