CUIDADO CON EL AUMENTO DE LA PLANILLA DEL ESTADO
9 de mayo de 2013

PRUDENCIA. Preocupa el crecimiento del gasto público corriente de los últimos años, sobre todo en lo que se refiere a remuneraciones (11% el año pasado, la tasa más alta de los tres últimos años, y 16% en febrero pasado respecto al mismo mes del 2012), porque se está incrementando el gasto permanente (o ‘rígido’) del Estado, el cual si no está financiado con ingresos igualmente permanentes (como sería el caso) corre el riesgo de quedar desfinanciado en el futuro, ya que el ciclo alcista de precios de nuestras principales materias primas de exportación (que es la fuente de los ingresos extraordinarios que estarían financiando esos gastos) estaría llegando a su fin.Ese ciclo favorable de precios y el manejo prudente de las finanzas públicas de los últimos gobiernos permitieron acumular ahorros fiscales, a pesar de que los límites impuestos al crecimiento del gasto corriente establecidos en la legislación vigente fueron persistentemente relajados (unas veces de manera justificada, por ejemplo con ocasión de la crisis financiera internacional). Por ejemplo, para este año, en la ley de equilibrio financiero del presupuesto público se ha suspendido la regla fiscal que fija un crecimiento de 4% (en términos reales) del gasto de consumo del gobierno central (salarios y bienes y servicios), tasa que ya había sido relajada desde el 2% en años anteriores. Existen retrasos en los niveles remunerativos, pero es imprescindible asegurar que el crecimiento del gasto corriente del Estado sea sostenible, lo cual implica, al menos, no relajar las reglas fiscales vigentes; y sería mejor, establecer un mecanismo que garantice que los gastos públicos permanentes se financien solo con ingresos permanentes; y que los ahorros provenientes de la explotación de recursos no renovables se traduzcan en mejoras en capital humano y en capacidad productiva del país. Hay que preservar la calidad del gasto público; los aumentos de remuneraciones en el Estado deben estar ligados a las calificaciones y evaluaciones de los funcionarios públicos, así como a la importancia de la labor que cumplen estos. La reforma del Servicio Civil clama por salir.

  • [Gestión,Pág. 18]
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