Los negocios de Repsol y Doe Run siguen rutas paralelas, por la insolvencia que le han ocasionado sus pasivos ambientales. En una economía social de mercado, cuando la caja de una empresa es insuficiente el agente económico debe salir del mercado e ingresar para su ajuste a la Comisión de Procedimientos Concursales del INDECOPI (encargada de fiscalizar las salidas del mercado). Al igual que los vehículos que requieren mantenimiento rutinario, las empresas que han tenido un piloto imprudente o negligente deben salir del mercado o entrar a reparación, enmendar su rumbo y luego reingresar al mercado. Ocurre con frecuencia, para muestra basta un botón: American Airlines se acogió al Chapter Eleven, encontró un nuevo socio, se fusionó y para adelante, a continuar volando. Repsol en su época de esplendor llega al Perú para hacer buenos negocios, con caja abundante compra además en Bolivia y Argentina. Repsol ha tenido utilidades importantes, pero no ha reinvertido en el negocio lo suficiente. No planificó a largo plazo y poco le importó el pasivo ambiental, al igual que Doe Run.Hoy la Sucursal de Repsol en el Perú está insolvente, no tiene efectivo para continuar operando con las rigurosas exigencias ambientales y su principal le exige efectivo. ¿Donde lo encuentra? "Vendiendo" su Sucursal.Pero resulta que el "lomito peruano" no era tal porque el hueso había sido disfrazado, no se ocuparon de reinvertir en las refinerías de Conchán y La Pampilla, ambas obsoletas cuya modernización por razones ambientales requieren de mucho efectivo, miles de millones de dólares para salir adelante y no los tiene la Sucursal y tampoco la Principal. Que no nos metan miedo como lo hacía Doe Run. Los lobistas de la empresa española pretenden asustar al Gobierno con lo que ocurriría si las refinerías dejan de funcionar, imagínense al Perú sin gas y sin gasolina, todo paralizado. Estamos viejos para que nos asusten con películas de terror, el mercado reacciona rápido, si Conchán o La Pampilla no pueden refinar se importa gasolina y aquí no pasa nada. Los puertos, almacenes, tanques y surtidores de ambas refinerías no requieren grandes inversiones para seguir funcionando como lugar de almacenamiento y distribución. Petroperú que se ocupe de modernizar e invertir en la refinería de Talara con eso tiene suficiente y los bienes de Repsol que retomen su valor real y cuando lleguen a su precio de mercado habrá comprador, nunca falta un roto para un descosido, señala Jaime F. Thorne, expresidente de Indecopi.