Las vacilaciones, marchas y contramarchas que caracterizan en los últimos meses al Gobierno de Ollanta Humala están conduciendo, peligrosamente, hacia un letargo en las decisiones de inversión privada de gran envergadura, cuyos efectos también podrían reflejarse en el crecimiento económico en los próximos años.Hasta la fecha, más de 110 grandes proyectos de inversión están demorando en ser concesionados o en iniciar sus operaciones por trabas del Gobierno. De este total, 27 son iniciativas del sector minero por US$ 27,288 millones, 40 corresponden al sector hidrocarburos y 44 a obras de infraestructura.Empresarios y economistas ya vaticinan que si el impulso a la nueva inversión pública y privada camina con la misma lentitud que se observa en los últimos 12 meses de la administración de Humala, no hará falta una crisis externa para que el país deje de crecer a tasas cercanas a su potencial (6.5%) en los próximos años: bastará que no se anuncien o dejen de iniciarse nuevos proyectos públicos y privados de envergadura.