Nos hemos enterado que Petroperú ha presentado una oferta a Repsol para comprar la refinería La Pampilla, 230 estaciones de gasolina y una planta envasadora de GLP–Solgas y que los principales cuestionadores de cualquier operación de recompra parcial o total por parte del Estado han esgrimido como principal argumento que el Estado está impedido de comprarlo porque es corrupto, ante lo cual los técnicos que participamos en Petroperú en la época que La Pampilla era del Estado y producía entre 50 y 140 millones de dólares anuales que iban al erario nacional y no a bolsillos privados tenemos el deber moral de sustentar que ni el Estado, ni la actividad privada son corruptos, los que son corruptos son "algunos hombres" que manejan el Estado o la actividad privada.