Tras el viaje del jefe de Estado, Ollanta Humala, a la toma de mando del presidente venezolano, Nicolás Maduro, varios personajes de la política nacional han vuelto a poner el dedo en la llaga sobre el interés del gobierno en adquirir, a través de Petro-Perú, los activos de Repsol: la refinería La Pampilla, una cadena de 400 grifos y la planta envasadora de GLP Solgas, pues muchos aseguran que esto significa "estatización" y un camino hacia el chavismo.Ante estos rumores, el premier Juan Jiménez descartó que el Gobierno tenga algún interés sobre esta empresa española. Sin embargo, horas después, el jefe de Estado, Ollanta Humala, se reunió con el presidente ejecutivo de la petrolera Repsol, el español Antonio Brufau, en Palacio de Gobierno, creando más suspicacias sobre el futuro chavista que nos espera.Al respecto, el analista político y exasesor del actual gobierno, Carlos Tapia, sostuvo que todas estas informaciones son nada más que rumores de la oposición que buscan “satanizar” al presidente Ollanta Humala y vincularlo con el chavismo, pues recordó que el premier Jiménez ya descartó la transacción y que, por lo tanto, esa es la posición oficial del Gobierno.¿Quién está detrás de esta campaña de satanización? Para Carlos Tapia es "la ultra derecha" representada por el fujimorismo, el Apra y el Partido Popular Cristiano (PPC), quienes no soportan que un gobierno de dos años tenga más del 50% de aprobación. "Por eso quieren bajarle la llanta a Humala con el cuento de la estatización y el chavismo. Estos rumores son una movida de la derecha del país que busca acorralar al gobierno vinculándolo con el chavismo", declaró a diario16.