Alfonso García Miró, presidente de Confiep, analiza cómo la participación del gobierno en la venta de Repsol afectará al modelo económico peruano. ¿Cuál es la posición de Confiep en torno a la posible adquisición de La Pampilla por el gobierno peruano? En realidad, nos preocupan varios aspectos. Por un lado, el tema de gobierno corporativo, porque la decisión estatal de ampliar su participación en el sector hidrocarburos ha sido tomada sin el visto bueno del directorio de PetroPerú, que es el órgano supremo para tomar ese tipo de acciones. Nos preocupa porque sería el primer ejemplo de este tipo que la actual administración estaría tomando al margen de sus órganos de gobierno. Los problemas más graves son, sin embargo, los dilemas morales con los que se verían enfentados el Estado y Repsol ante una transacción de esta naturaleza.¿Porqué problemas morales? Porque pagar un precio mayor al que ofrece el mercado por un activo como La Pampilla no se justifica económicamente.Lo que debemos hacer es preguntarnos:¿Nos interesa mejorar el balance de una empresa privada como Repsol, que necesita vender un activo obsoleto? Si el gobierno paga ese cheque, lo estará haciendo a costa de empeorar el balance de todos lo peruanos, dejando de atender la salud, la educación y la seguridad pública.