La exigencia ambiental para las fundiciones de emitir un máximo de 20 ug/m3 desde el 2014 sería una traba determinante para la venta de Doe Run. Según informaron varias fuentes empresariales acreedoras de la minara, acondicionar el complejo metalúrgico a esta exigencia significaría una inversión millonaria (estiman alrededor de US$ 500 millones) que junto a la modernización del circuito de cobre (US$150 millones) haría inviable una posible venta.