Desde hace un tiempo, el Gobierno está ingresando a una etapa de autocomplacencia, originada principalmente por los buenos resultados económicos y sus efectos en las encuestas.En este sentido, hay que tener en cuenta que el crecimiento del PBI en los últimos 20 años se ha debido fundamentalmente al incremento de la productividad total de los factores. Sin embargo, si prestamos atención a los resultados del ranking del Doing Business 2013 y del Foro Económico Mundial (descontando el cambio metodológico), encontramos que la competitividad del Perú viene descendiendo.Si bien existen una serie de factores que están afectando los niveles de competitividad, en mi concepto la principal restricción al crecimiento y competitividad futuras será la energía. Es así que diferentes ejecutivos de mineras han explicado el retraso en sus proyectos de inversión por falta de energía. Hace poco, José Estela, de Volcan, ha precisado que el sistema eléctrico adolece de confiabilidad en el suministro; y anteriormente Carlos Gálvez, de Buenaventura, manifestó que "somos terriblemente vulnerables" en materia energética. A esto hay que agregar las numerosas empresas industriales que no pueden iniciar sus proyectos por no disponer de gas. Esto principalmente porque la expansión del gasoducto de TGP, que debía de aportar 390 millones de pies cúbicos diarios, a la fecha solo ha podido asegurar 80. Frente a esta problemática, el ministro de Economía ha reconocido que la restricción eléctrica es un cuello de botella para el crecimiento, el presidente Humala se ha comprometido a apurar los proyectos energéticos y el premier ha manifestado que ese "es uno de los temas que a nosotros nos preocupan".El problema es que el tiempo pasa, las declaraciones oficiales quedan como buenos deseos, pero los problemas se van multiplicando. Por ejemplo, en el tema de los publicitados gasoductos al sur, vitales para abastecer la demanda de los nuevos proyectos mineros concentrados en su zona de influencia, luego de una serie de marchas y contramarchas, el Gobierno ha anunciado que se recibirán ofertas para el nuevo gasoducto hasta el 27 de setiembre. Sin embargo, este no cuenta con un mínimo de información , no hay estudio de prefactibilidad y solo se contaría con un perfil general, por lo que difícilmente se conseguiría la participación de operadores o inversionistas serios. Además no se ha definido cuál será el papel de Kuntur, compañía que tiene el estudio de impacto ambiental aprobado (no requeriría pasar por Consulta Previa), estudio de factibilidad, estudio de riesgos,etcétera.Por lo que corremos el riesgo de quedarnos sin el proyecto de Kuntur y sin el nuevo proyecto; o en el mejor de los casos con un atraso de varios años.Mientras tanto, el ministro Merino pretende tapar el sol con un dedo, anunciando situaciones irreales, como cuando aseguró que este año el sistema eléctrico contará con una reserva del 46%; y preocupándose más en mantener la energía barata (a eso apunta la anunciada compra de La Pampilla por Petroperú), que por asegurar la disponibilidad de la misma. De lo que se trata es de efectuar menos anuncios que no se cumplen y ejecutar rápidamente una agenda realista pro competitividad energética . De otra manera, el crecimiento sostenido no estará garantizado, señala el economista Manuel Romero Caro.