Alzan su voz. La Asociación de Grifos y Estaciones de Servicios del Perú (AGESP) manifestó su preocupación por la intención del Estado peruano, a través de Petroperú, de adquirir la refinería La Pampilla y otros activos de la empresa española Repsol, señalando que aquello representaría una peligrosa intromisión en una actividad que actualmente es desarrollada exitosamente por el sector privado. Al respecto manifestaron que el desarrollo económico del país se vería afectado con la política de estatizaciones a la que daría pie la compra de estos activos; posibilidad que ya ha sido cuestionada por más de un sector por representar la vuelta a una figura que en el pasado fracasó: la del Estado empresario y, en este caso particular, la del monopolio estatal en el sector hidrocarburos. Sin embargo tal pretensión -resaltan- derivaría en una conducta contraria al actual ordenamiento jurídico, según el cual la labor del Estado no es regular los precios en los mercados competitivos sino "proteger y hacer que se respeten las reglas de mercado en un proceso competitivo para el mayor bienestar de los consumidores".Con respecto a los riesgos que asumiría Petroperú y, en suma, todos los peruanos con tal acción, directivos de la asociación recordaron que la compra implica asumir pasivos de Repsol superiores a 1,500 millones de dólares, "dinero indispensable para impulsar programas de inclusión social y atender las urgencias económicas de las zonas de mayor pobreza de nuestro país".