La ciudad de La Oroya, en Junín, ha dejado de ser una de las tres localidades más contaminadas del mundo, debido a que las empresas mineras asentadas en el país se comprometieron a cuidar del medio ambiente a través de la reducción de las emisiones tóxicas y los relaves, indicó el presidente del Instituto para la Protección del Medio Ambiente - VIDA, Arturo Alfaro.El especialista detalló que debido a las buenas gestiones se logró que esta capital de la minería pase de los diez primeros puestos, a la plaza 30 o 40 en cuanto a contaminación por actividad extractiva. Tal era la situación de este lugar que ni siquiera las plantas podían crecer por la hostilidad de la zona. "La Oroya ya no es la ciudad más contaminada del mundo. Los días 17, 18 y 19 vamos a sembrar árboles, cosa que antes no se podía hacer por la lluvia ácida. Debo reconocer que todavía hay algunos problemas, pero no son los mismos de antes. Ya no está entre las 10 ciudades más contaminadas, está entre las 30 o 40 del mundo", explicó.